La declaración de Aldaya, a la que asistió también el fiscal Ignacio Gordillo, se prolongó por espacio de casitres horas y en ella el empresario relató cómo vivió los 341 días que duró su secuestro por ETA.

El industrial dijo que estuvo siempre en el mismo sitio, en un habitáculo, no perdió en ningún momento la noción del tiempo desde el primer día hasta el final, sabía qué día era y los días que transcurrían por las comidas e incluso llegó a festejar con champán su cumpleaños y la Navidad.

Aldaya afirmó que no es capaz de identificar a nadie, porque las tres personas que le secuestraron y la que le atenió durante su cautiverio iban permanentemente encapuchadas. El empresario tampoco sabe si se ha pagado rescate por él.

Según fuentes judiciales, la declaración de Aldaya ante el juez fue extensa y larga. La declaración se celebró en el Juzgado de Irún, adonde se trasladaron el magistrado Gómez Liaño y el fiscal Gordillo después de que el informe médico forense desaconsejara el traslado de Aldaya a la Audiencia Nacional, en Madrid, por problemas principalmente psicológicos.

El empresario llegó al uzgado en un vehículo policial de la Ertzaintza, acompañado por dos agentes y por Francisco Audela, primer portavoz de la familia durante el secuestro.

Audela, primo de Aldaya, no ha estado presente en la declaración judicial, sino que ha permanecido en una habitación aparte. Sí acompañaron a Aldaya dos médicos forenses, uno del Juzgado de Irún y el otro de la Audiencia Nacional.