Lo dijo en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados en respuesta a una pregunta de la parlamentaria del PP Macarena Montesinos, quien le interpeló por la cobertura de RTVE de la alfombra roja de los Goya.

Con esta pregunta la diputada del PP se refirió al trabajo de Inés Hernand en su emisión para RTVE Play en la que trasladó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que es un “icono”, lo que motivó un comunicado en contra del Consejo de Informativos de RTVE.

Alegría comentó que la valoración de la gala de los Goya la pone de manifiesto la audiencia que congregó ante la pantalla: 2,3 millones de espectadores, “la mejor audiencia desde 2020”. “Si esto es así, se debe al gran trabajo de los profesionales de TVE y del cine español, del que entiendo que estamos orgullosos”, destacó.

En ese sentido, espetó al PP que “tienen un serio problema con RTVE y sus profesionales cuando están en la oposición”, lo que se traduce en las críticas que han vertido contra “Carmen Cafarell, Xabier Fortes, Javier Ruiz, Mónica López” y a “programas peligrosísimos” como Muchachada Nui y Los Lunnis porque “en un episodio salía una boda gay de dos muñecos de trapo”.

En cuanto a la cobertura en RTVE Play, reseño que “se emitió a través de un canal digital dirigido a un público joven que tiene como objetivo el entretenimiento”, y también obtuvo “la mejor audiencia de toda la historia”.

Sobre el hecho de que Inés Hernand dijera a Sánchez que es un “icono”, comentó que ese vocablo también se lo transmitió a “toda la gente de la alfombra roja”. Tras lamentar que Macarena Montesinos se perdiera ese momento, sugirió que ello se debió a que quizás estaba “con 16 periodistas y Feijóo diciéndoles en la intimidad lo que realmente piensan y no se atreven a decir los españoles”.

Por su parte, Macarena Montesinos espetó que el resumen de la cobertura de los Goya por RTVE es el siguiente: “coba al presidente del Gobierno y escoba para los espectadores para barrer los improperios, ordinarieces, eructos y disparates” vertidos en ella.

A su juicio, esa cobertura fue un tributo al “mal gusto” y una “falta de respeto sin precedentes para los trabajadores” de RTVE, que se suma a “la manipulación, el sectarismo, el despilfarro económico en productoras amigas y la huida de la audiencia” de la Corporación.