Álvarez se expresó de este modo en una entrevista en Servimedia, en la que se congratuló de que la "opa hostil” del BBVA sobre la entidad catalana no haya triunfado, ya que eso impide que se siga restringiendo la competencia y evita el “estrés” al que estaban sometidas las plantillas de ambos bancos.

“Los trabajadores del sector financiero están en una situación de estrés absolutamente insoportable. Somos el país de la Unión Europea que tiene menos sucursales bancarias por habitante, y el que tiene menos empleados en el sector por habitante con una gran diferencia”, alertó Álvarez, antes de poner de relieve que, de haber salido adelante la opa, habría empeorado esta situación.

En su opinión, se debe tener en cuenta que la banca, aunque esté formada por entidades privadas, es un servicio público, por cuanto es imprescindible hacer uso de sus servicios para poder vivir en pleno siglo XXI, algo que podría agravarse si finalmente termina desapareciendo el dinero físico.

RIESGO MÍNIMO

A ello, el líder de UGT sumó que es un sector con un “riesgo mínimo”, como se vio en la crisis financiera iniciada en 2008, ya que cuando los bancos atravesaron dificultades fueron rescatados con dinero público. “La libertad de los accionistas está muy bien, pero tiene que estar condicionada por estas cuestiones”, ironizó.

Ante la posibilidad de que el Sabadell inicie un proceso de fusión con otro banco mediano, como Unicaja o Abanca, Álvarez dijo que la entidad catalana debe saber, por experiencia propia, que “las opa que no son amistosas, que no son por acuerdo”, tienen enormes riesgos.

“No parece muy razonable que una entidad que acaba de salir de un proceso de esas características se meta en otro. A mí me parece que es demasiado pronto”, aseveró.

No obstante, matizó que en los bancos pequeños y medianos se puede dar la circunstancia de que no exista fuerte competencia entre ellos en las zonas en las que predomina cada uno, por lo que no tiene un “impacto” tan serio en las opciones de los clientes.

Finalmente, Álvarez volvió a pedir que se aborde una reforma de la legislación sobre las opa en España, especialmente cuando son “hostiles”, porque, a su juicio, es evidente que en esta operación que duró 17 meses “hubo cierta parálisis” en el BBVA y el Sabadell.