Lo hizo por boca de su “buen amigo” el escritor y profesor Miguel Crespo, ya que “la fragilidad mía” le impidió leerlo. Cabe recordar que en 2022 la uruguaya Cristina Peri Rossi no pudo acudir al acto por motivos de salud, siendo la actriz Cecilia Roth, quien leyó el discurso que había preparado.

En ese discurso pronunciado a través de persona interpuesta, Álvaro Pombo consideró que el Gobierno, Ministerio de Cultura mediante, le ha conferido “el más alto honor literario y social que me ha concedido nunca España o el mundo” ante el cual “me siento altamente reconocido, aceptado y admirado mucho más de lo que merezco”.

Tras manifestar su agradecimiento, rememoró la Epístola de Santiago en la cual se afirma lo siguiente: “todo buen regalo y todo don perfecto desciende del Padre de las luces”.

Reconoció que tenía preparado este discurso desde “hace muchos años”, por “si me caía del cielo este maravilloso premio”, puesto que “refleja y expresa toda una fenomenología de la fragilidad hispana y de la fragilidad del mundo” y la suya propia.

A su juicio, “una narrativa de la fragilidad no tiene por qué ser una narrativa fragilizada o rompible”, ya que “puede ser tan inquebrantable como propio texto de ‘Don Quijote de la Mancha’”, del que leyó algunos pasajes, “o, mejor aún, como el propio texto de ‘El licenciado Vidriera’”.

Álvaro Pombo exclamó en su discurso “Dios bendiga a Cervantes” y apuntó que “ésta es una invocación religiosa, cristiana, para que Dios y el propio Cervantes nos bendigan en las múltiples fragilidades y tarumbancias de nuestro descabalado siglo XX y XXI”.

El escritor santanderino aprovechó para mostrar “la fragilidad del mundo expresada por Cervantes genéricamente en su soneto al túmulo de Felipe II en Sevilla”, el cual calificó como “el mejor soneto de la literatura castellana” y el “anuncio de la caída del Imperio español”, y que Miguel Crespo leyó.

La fragilidad, cuestión que vertebró su discurso, representa, a su juicio, “el gran tema que va con nosotros en toda nuestra vida y en todo nuestro día a día” y reseñó que ésta “sigue siendo, quizá más que nunca, el gran tema: la fragilidad ante la enfermedad, ante la soledad, ante la injusticia, ante la falta de convicciones, ante las causas perdidas”. En definitiva, “la fragilidad del ser humano ante las más diversas instituciones que parece que no le amparan a uno, en una sociedad cada vez más ininteligible”.

“LA FRAGILIDAD DE ESPAÑA”

Avanzó que actualmente está preparando una novela que versa sobre “la liquidación del colonialismo español”, lo que le sirvió para deslizar que “la fragilidad de España nos lleva una vez más a levantar una capilla a Santiago Matamoros y luego los moros matan a los españoles de Santiago Matamoros: fue el desastre de Annual, la fragilidad de España”.

Esto le sirvió para apuntar que “ahora nadie se bate en duelo por su honor ni por el honor de España ni por el del tato” y declaró que “nos hemos convertido entre ‘influencers’ y mercachifles”.

Álvaro Pombo confesó que siempre pensó hacer un discurso centrado en ‘El licenciado Vidriera’ si se encontraba en una situación de fragilidad, una obra, perteneciente a las ‘Novelas ejemplares’, de Cervantes, de la que leyó varios extractos haciendo apuntes personales.

El escritor santanderino observó que Cervantes escogió en esta obra “la imagen poética exacta: el vidrio”, símbolo de “lo rompible, lo frágil, lo opuesto al Escorial, lo opuesto a la victoria”, con cuya fragilidad empatizó.

Por todo ello, aseveró que “es muy posible que para alcanzar la grandeza en España, para superar la fragilidad, tengamos todos que llegar a la profundidad y a la pobreza”. A su juicio, “ahí se desharán los encantamientos. Ahí se romperá por fin el cristal. Ahí se hará fuerte lo frágil”. “Y los héroes seguirán recorriendo el imperio de su palabra incesante”, concluyó.