En un comunicado, advirtió que esta interceptación de un barco en aguas internacionales “y en mitad de la noche, violó el derecho internacional y puso en peligro la vida de quienes se hallaban a bordo”. Por ello, la secretaria general de AI, Agnes Callamard, exigió “la liberación inmediata e incondicional" de todos los activistas que iban en el barco, entre ellos el español Sergio Toribio.

Según Callamard, la misión de la Flotilla de la Libertad, que transporta ayuda humanitaria a Gaza, “representa “una crítica al fracaso de la comunidad internacional para poner fin al inhumano bloqueo israelí”. “Estos activistas no habrían tenido que arriesgar sus vidas si los aliados de Israel hubieran traducido su retórica en acciones contundentes para que la ayuda humanitaria entrase en Gaza", razonó.

El barco fue interceptado pese a los llamamientos internacionales para que Israel permitiese su paso. Esto demuestra “la impunidad de la que disfruta Israel desde hace mucho”, prosiguió, que “le ha reforzado a la hora de seguir cometiendo un genocidio en Gaza y de mantener un bloqueo ilegal desde hace 18 años”.

"Hasta que no veamos medidas concretas y reales que indiquen que los Estados dejan de apoyar incondicionalmente a Israel, tendrá carta blanca”, alertó Callamard. Les instó por ello a “actuar ahora”, si no quieren “arriesgarse a ser cómplices de las graves violaciones de Israel contra los derechos de los palestinos".

Kallamard reclamó a los estados del mundo que "denuncien públicamente la interceptación del 'Madleen' y la detención de su tripulación y exijan la liberación inmediata e incondicional de todos los que iban a bordo".

Por su parte, la organización Rumbo a Gaza exigió también “la liberación inmediata de todos los voluntarios secuestrados, la entrega directa de ayuda humanitaria a los palestinos, con independencia del control de la potencia de ocupación”, y "la rendición plena de cuentas y responsabilidades de Israel por los asaltos militares a 'Madleen' y 'Conscience'”.