Medio ambiente

La Antártida tiene 332 redes de cañones submarinos, algunos con cuatro kilómetros de profundidad

- Los del este son más complejos y tienen forma de U, y los del oeste resultan ser más cortos y con forma de V, según un estudio

MADRID
SERVIMEDIA

La Antártida cuenta con 332 redes de cañones submarinos, algunos de los cuales alcanzan más de cuatro kilómetros de profundidad.

Así se desprende del mapa más detallado de los cañones submarinos en la Antártida, elaborado por David Amblás, del Grupo de Investigación Consolidado en Geociencias Marinas de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, y Riccardo Arosio, del Grupo de Investigación en Geociencias Marinas del University College de Cork (Irlanda).

Los cañones submarinos son una de las formaciones geológicas más espectaculares y fascinantes de los fondos marinos, pero todavía son bastante desconocidos a escala global y, sobre todo, en regiones remotas como los polos.

Ahora, un artículo publicado en la revista ‘Marine Geology’ presenta el catálogo más detallado que se ha hecho nunca de los cañones submarinos en la Antártida, que revela un número de cañones cinco veces superior al de trabajos anteriores.

La investigación destaca que los cañones submarinos de la Antártida podrían tener un impacto más significativo de lo pensado hasta ahora en la circulación oceánica, el deshielo de las plataformas de hielo y el cambio climático global, especialmente en zonas vulnerables como el mar de Amundsen o algunos sectores de la Antártida oriental.

DIFERENCIAS

Los cañones submarinos son valles esculpidos en los fondos marinos que desempeñan un papel decisivo en la dinámica de los mares y océanos. Transportan sedimentos y nutrientes de la costa hasta las zonas más hondas, conectan aguas someras y profundas, y generan hábitats ricos en biodiversidad.

En total, se conocen unos 10.000 cañones submarinos en todo el planeta, pero solo se ha cartografiado un 27% de los fondos con alta resolución, lo que indica que esta cifra seguramente aumentará.

A pesar de su valor ecológico, oceanográfico y geológico, los cañones submarinos no han sido suficientemente explorados y todavía hay mucho por descubrir, especialmente en zonas polares.

“Los cañones submarinos de la Antártida, como los del Ártico, presentan características similares a las de otras regiones del planeta, pero suelen ser más grandes y profundos. Esta diferencia se explica por la acción prolongada del hielo y por los inmensos volúmenes de sedimentos transportados por los glaciares hacia la plataforma continental», detalla Amblàs.

Se forman sobre todo por la acción de corrientes de turbidez, que desplazan sedimentos en suspensión pendiente abajo a gran velocidad y erosionan el valle en el que se encajan.

En la Antártida, las pendientes pronunciadas del relieve submarino, combinadas con la disponibilidad de sedimentos glaciares, potencian los efectos de las corrientes y la formación de grandes cañones.

El nuevo estudio se basa en la segunda versión de la Carta Batimétrica Internacional del Océano Austral (Ibcso, por sus siglas en inglés), el mapa más completo y detallado del fondo marino de este océano.

El trabajo utiliza los nuevos datos batimétricos de alta resolución y una metodología semiautomática de identificación y análisis de cañones desarrollada por los autores. El estudio presenta 15 parámetros morfométricos que revelan diferencias sorprendentes entre los cañones situados en la Antártida oriental y la occidental.

“Algunos de los cañones submarinos que hemos analizado alcanzan más de 4.000 metros de profundidad. Los más espectaculares se encuentran en la Antártida oriental, una región en la que se observan sistemas complejos de cañones ramificados. A menudo, estos cañones se inician con múltiples cabeceras cerca del borde de la plataforma continental y convergen en un solo canal principal que se adentra hacia el océano profundo, atravesando el talud continental con fuertes pendientes», subraya Amblàs.

Arosio apunta: “Ha sido muy interesante descubrir la diferencia entre los cañones de las dos grandes regiones antárticas, algo que no se había descrito anteriormente”.

“Los cañones de la Antártida oriental son más complejos y ramificados, y suelen formar unos extensos sistemas cañón-canal con perfiles típicos en forma de U. Todo ello apunta a un desarrollo prolongado bajo una actividad glacial sostenida y una mayor influencia de procesos sedimentarios, tanto de erosión como de deposición. En cambio, los cañones de la Antártida occidental son más cortos, con mayor pendiente y con perfil en forma de V”, explica Arosio.

Esta diferencia morfológica parece reflejar “un inicio más temprano y una persistencia más larga del casquete de hielo en la Antártida oriental”, según Amblás, que añade: “Esto ya se había evidenciado en estudios basados en el análisis del registro sedimentario, pero hasta ahora no se había descrito en la geomorfología del fondo marino a gran escala”.

CAMBIO CLIMÁTICO

Los cañones antárticos no son solo espectaculares accidentes geográficos, sino que también facilitan el intercambio de aguas entre el océano profundo y la plataforma continental.

Permiten que el agua fría y densa formada cerca de las plataformas de hielo se transporte hacia las profundidades oceánicas, y así originan lo que se conoce como agua antártica de fondo, que desempeña un papel fundamental en la circulación oceánica y el clima global.

Además, también conducen aguas más cálidas, como el agua profunda circumpolar, desde el océano abierto hasta la costa. Este proceso es uno de los principales mecanismos del deshielo basal y del adelgazamiento de las plataformas de hielo flotantes, unas estructuras críticas para mantener la estabilidad de los glaciares interiores del continente antártico.

“Cuando estas plataformas se debilitan o colapsan, el hielo continental puede fluir más rápidamente hacia el mar y contribuir así directamente al aumento del nivel global de los océanos”, apuntan los autores.

(SERVIMEDIA)
21 Jul 2025
MGR/gja