A través de una nota de prensa, la APM se refirió a que la huelga "debe ser la medida última de presión a la que recurrir de forma irremediable y por ineludible necesidad como consecuencia del fracaso previo y plenamente constatado de un proceso negociador orientado a la consecución de un consenso final y de una solución dialogada".

No obstante, los jueces de esta asociación añaden que "siempre respetaremos y apoyaremos lo que en relación con un eventual ejercicio del derecho de huelga pudieran llegar a decidir, con independencia del día o la fecha, los jueces y magistrados, asociados o no, en función de su autonomía personal, libertad individual y actuación en conciencia".

La APM añade que su propósito es "impulsar y culminar con éxito el proceso negociador inaugurado el pasado 26 de enero", en referencia al encuentro entre las asociaciones de jueces y Bermejo.

Sin embargo, este colectivo añade que "de no obtener antes del día 26 de junio respuestas satisfactorias a nuestras reivindicaciones, la APM será la primera en convocar, de forma convencida y con toda su fuerza, la huelga con mayúsculas que ya ha anunciado públicamente".