Esta directiva, propuesta por la Comisión por iniciativa de Marcelino Oreja en mayo de 1995, establece un marco jurídico para que los operadores de televisión puedan desarrollar sus actividades en la Unión Europea, especialmente gracias al reforzamiento del principio de la responsabilidad del país emisor.

Las reglas de la directiva garantizan, según la Comisión, la protección del interés general a travé de la coordinación de las reglas nacionales en distintos campos, como la publicidad, el patrocinio, la televenta, el derecho de respuesta y la protección de menores y de la dignidad humana.

GRANDES ACONTECIMIENTOS

La novedad más importante de la directiva afecta a la retransmisión de grandes acontecimientos, principalmente los deportivos. En ella se establecen las condiciones para que los estados miembros garanticen el acceso del público a estos eventos a través de la difusión en abierto.

Los stados miembros deberán elaborar una lista de eventos que deben ser difundidos en abierto, incluso si los derechos exclusivos han sido comprados por cadenas de pago. Sobre la base del principio de reconocimiento mutuo, cada cadena deberá respetar estas listas.

Por otra parte, los programas susceptibles de perjudicar gravemente el desarrollo de los menores quedan prohibidos. Los que se consideran simplemente "susceptibles de dañar a los menores" deberán emitirse precedidos de una advertencia acústica oidentificados a lo largo de la emisión por un símbolo visual.

Las emisiones no deben contener incitación al odio por razones de raza, sexo, religión o nacionalidad. La Comisión tendrá que presentar en un plazo de un año un estudio sobre las ventajas y los inconvenientes de otras medidas para facilitar el control de los padres sobre las emisiones que ven sus hijos.

La directiva "Televisión sin fronteras" exigirá modificaciones legislativas que tengan en cuenta el rápido desarrollo del sector y la ultiplicación de cadenas. Después de la adopción, los estados miembros dispondrán de dieciocho meses para ponerla en marcha.