LA ARMADA BRITANICA RENUNCIO A UNA PURGA DE MARINEROS GAYS SO PENA DE QUEDARSE SIN LA MITAD DE LA TRIPULACION
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La Royal Navy ordenó secretamente en los últimos años de la década de los sesenta una purga contra los marineros gays, pero tuvo que suavizar su polítca y finalmente renunciar a la idea al llegar a la conclusión de que al menos la mitad de la flota había cometido algún acto homosexual durante su tiempo de servicio, según publica el diario "The Guardian".
La purga fue ordenada después de que una investigación interna dictaminara que la homosexualidad estaba tan extendida en la Marina que su práctica no era desconocida en ningún barco.
Los jefes de la Marina británica admitieron que "no podían permitirse echarlos a todos, puesto que la Armada nopodría funcionar adecuadamente", señala "The Guardian", que recuerda el dicho de Wiston Churchill de que las únicas tradiciones de la Royal Navy eran "ron, sodomía y látigo".
Los archivos secretos que acaba de hacer públicos el Almirantazgo muestran que la prohibición anti-gay estuvo en vigor formalmente hasta enero de 2000, pese a que la homosexualidad dejó de estar penalizada en Gran Bretaña en 1967.
La purga anti-gay fue lanzada a instancias del admirante Sir John Bush, tras el escándalo surgio en 1969 al llegar a sus oídos que marineros de la Royal Navy eran clientes habituales de prostíbulos masculinos de Singapur famosos por sus "drag queens". En una ocasión, la Royal Navy llegó a plantearse el despido de 300 marinos, aunque no se sabe qué pasó finalmente con ellos.
Los jefes de la Navy justificaron la prohibición con el argumento de que los homosexuales eran fácil blanco de chantajes por parte del enemigo, pese a que los asesores legales de la institución admitieron que no se conocía u solo caso en que eso hubiese ocurrido.
Un informe reservado realizado por el capitán Donald MacIntyre era particularmente explícito respecto a la afición de los marineros a los tugurios homosexuales de Singapur, al señalar que muchos de ellos se emborrachaban y terminaban en la cama con prostitutas masculinas conocidas como "catamites".
MacIntyre señala que "muchos mandos visitaban Bugis Street (enclave de estos particulares lupanares) para verlo por sí mismos y admitían que también a ellos les odrían haber engañado una vez".
(SERVIMEDIA)
07 Nov 2002
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