EL ASMA ESTA MUY RELACIONADA CON EL ESTRES Y LOS TRASTORNOS PSICOLOGICOS, SEGUN UN ESTUDIO DEL HOSPITAL DE BASURTO
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El estrés y los trastornos psicológicos pueden favorecen la aparición de asma en individuos genéticamente predispuestos a esta afección, según un estudio del doctor Ignacio Jáuregui, de la Unidad de Alergología del Hospital de Basurto (Bilbao).
Según este nforme, los asmáticos adultos tienen hasta un 50 por ciento más de crisis debido a los conflictos emocionales como el estrés, la depresión o la ira.
En una de las investigaciones citadas en el estudio, se comprobó cómo los niños de 3 años que vivían en familias con paternidad problemática tenían muchas más posibilidades de ser asmáticos que el resto. "Sólo 5,3 por ciento de los niños en familias de bajo estrés y paternidad adecuada desarrollaron asma a los 3 años, frente al 25 por ciento en familias d alto estrés y paternidad problemática", señala el trabajo.
Jáuregui en su estudio sugiere "que el estrés es irrelevante en la primera infancia cuando el riesgo parental es bajo; pero cuando éste es alto, los acontecimientos vitales podrían aumentar el riesgo del niño a desarrollar asma".
La relación entre el estrés y el asma también se manifiesta en las personas que padecen la enfermedad, los conflictos emocionales exacerban los síntomas, sobre todo con la edad.
"Existen estudios retrospectvos según los cuales el papel de los estresantes emocionales en el inicio del asma aumentaría con la edad: la contribución relativa de dichos factores puede ser de apenas el 10 por ciento en los niños, mientras que en los casos de inicio tardío (a partir de los 45 años) podrían desempeñar un papel predominante hasta en la mitad de los casos", según recoge el trabajo.
A LA INVERSA
El asma también crea problemas psicológicos, en un círculo vicioso de broncoespasmo y trastornos psíquicos. Según, revelael doctor Santiago Quirce, coordinador del Comité de Asma en la SEAIC0.
Mientras que los índices de depresión en la población general se mantienen en el 12,7% en hombres y el 21,3% en mujeres, entre pacientes asmáticos es del 20 al 50%, con una mayor tasa de afectación entre personas que viven en el medio urbano.
"La asociación entre la depresión y el asma puede deberse a las experiencias que se derivan de padecer esta enfermedad crónica. Por ejemplo, el absentismo escolar o laboral, el no poder ealizar ciertas actividades físicas, despertarse a media noche con síntomas de asma o el hecho, todavía más traumático, de tener que acudir a un servicio de urgencias con un ataque de asma son factores que pueden abocar al paciente a una sensación de desamparo y temor", advierte este experto.
Para tratar a estos pacientes, el doctor Ignacio Jáuregui recomienda un abordaje multidisciplinar, que incluya intervenciones psicológicas y conductuales; educación continuada, como los programas de automanejo de asma auspiciados por la SEAIC; estrategias para implementar la adherencia y programas de intervención comunitaria.
(SERVIMEDIA)
09 Jun 2003
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