Al preguntarle qué había sentido al saber, no sólo que era medalla de oro sino que abía establecido un récord, respondió: "No lo sé". La atleta no daba crédito a la expectación que percibía a su alrededor.

"Esta es la mejor recompensa que puede tener un deportista, una medalla de oro olímpica o paralímpica en mi caso", fueron las primeras palabras de la atleta invidente nada más bajar de lo más alto del podio.

Su entrenador, Eleuterio Antón, radiaba de alegría ante las cámaras de los fotógrafos, al tiempo que afirmaba que "esta medalla supone un magnífico comienzo y esperemos qe augure un buen final".

El éxito de Purificación es doble, pues su victoria en el salto de longitud B1 (ceguera total) estuvo acompañada de la mejor marca mundial en esta especialidad, ya que rozó la barrera de los cinco metros y saltó 4,99, superando en 5 cm la anterior plusmarca.

Pero Purificación no reparaba en la importancia de su medalla, ni en el hecho de que es la primera que obtiene España. "No he pensado que es la primera medalla. Yo he venido a Barcelona a saltar lo mejor posible. No m importaba ser la primera", dijo.

La atleta española consiguió la mejor marca en el primero de sus seis intentos y saltó 4,98 metros en el último. Al final, contabilizó tres saltos nulos, pero las alemanas Anette Burger, medalla de plata y Kerstin Gaedigke, medalla de bronce y plusmarquista mundial hasta hoy, no pudieron desbancar a la atleta española.

Purificación Ortiz aventajó a sus inmediatas rivales en más de medio metro de diferencia, pero ahora sólo piensa en las pruebas de 100 y 200 metro que le restan. "Haré lo que pueda, pero las mejores posibilidades de medalla las tiene Santamarta, que ya es superconocida", manifestó.