Así se puso de manifiesto durante el Primer Foro internacional organizado por Asett, el 'hub' de vanguardia de impulso nacional e internacional sobre economía social, ubicado en San Sebastián. Este foro está promovido por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y liderado por la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (Cepes), en colaboración con el Gobierno Vasco, el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi (CSCE), la Diputación Foral de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián.

En una mesa redonda territorial de España, la viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social del Gobierno Vasco, Elena Pérez, inició su intervención rompiendo una lanza en favor de la gestión política, ya que “lo que todo el mundo piensa es que nos dedicamos a discutir, nos dedicamos a decir improperios y la realidad es otra muy distinta”. “A veces nos cuesta llegar a la gente y demostrar que colaboramos entre nosotros, que tenemos intereses comunes y que nos mueve la necesidad de construir una sociedad mucho más justa, más igualitaria y más inclusiva”, confesó.

En este sentido, elogió el consenso que despiertan las políticas en favor de la economía social en Euskadi, lo que permite atender “las necesidades de los distintos sectores y de las distintas familias de la economía social que tienen que ver con la legislación, con el sistema de ayudas, con la fiscalidad”.

“Necesitamos, cada vez más, entendernos, porque si no la alternativa es la barbarie, dejar a una parte importante de la sociedad atrás”, exhortó Pérez, quien mostró su convencimiento de que, por medio de la economía social, la “respuesta” a múltiples desafíos “aparece”.

Por su parte, el director General de Autónomos y Economía Social de la Región de Murcia, Antonio Pasqual, repasó la inversión que desde el Ejecutivo presidido por Fernando López Miras se está llevando a cabo para potenciar la economía social y destacó el objetivo de crear en la economía social miles de empleos en los próximos años.

Asimismo, detalló que la estrategia murciana de economía social tiene tres ejes: “El de visibilidad, el de competitividad y el de sostenibilidad, con más de cien medidas”.

LENGUAJE DEL SIGLO XXI

Tras ello, Pasqual apremió a intentar que la economía social llegue más allá de lo que consigue ahora. “Nosotros estamos convencidos, ya sabemos la bondad de la economía social. Tenemos que estar fuera, tenemos que hacer la visibilidad fuera. Tenemos que utilizar el lenguaje del siglo XXI, no podemos utilizar el lenguaje del siglo XX, tenemos que convencer a la gente, a los nuevos emprendedores”, recetó este representante del Gobierno murciano.

A estas ideas, la directora General de Trabajo Autónomo y Economía Social de la Xunta de Galicia, Marta Mariño, sumó la transversalidad de la economía social, ya que está formada por empresas que cada vez están presentes en más sectores y agregó: “No queremos ser una administración subvencionadora, sino una que acompañe”.

Uno de los puntos más relevantes que se lleva a cabo en Galicia para favorecer la economía social es que se potencia en las diferentes etapas educativas, incluida la formación profesional y la universidad. En paralelo, incidió en la necesidad de concienciar sobre esta parte de economía y el “poder transformador” que posee “y en el que todos los que estamos aquí ya creemos”. En suma, Mariño fijó como reto “trasladar fuera” estos mensajes para “convencer y vencer y que todos entiendan así lo que supone la economía social”.

NO TODO SALE

La capacidad de transformación de este modelo empresarial fue puesta también en valor por el director General de Economía Social y Trabajo del Gobierno de Navarra, Iñaki Mendióroz, quien dijo que es “ineludible” la colaboración entre administraciones y el sector privado para lograr que “impregne” en todos los ámbitos de las instituciones. Igualmente, destacó la necesidad de que las políticas públicas, en cualquier terreno, se adopten con objetivos concretos que después se puedan también evaluar, en tanto que “no todo lo que queremos sale” siempre.

En su alocución, Mendióroz se detuvo también en la relevancia de comunicar de manera efectiva lo que supone la economía social en España para que más personas se acerquen a ella. “Todo lo que está cayendo en nuestro mundo, en nuestro planeta, está siendo absolutamente fuera del contexto de lo que es el modelo de la economía social seguramente, pero tenemos que ser capaces de enamorar a los que no nos conocen, de convencer a los que tienen dudas y de hablar de lo que somos capaces de hacer”, desafió este responsable del Gobierno navarro.

Finalmente, el director General de Economía Social, Tercer Sector y Cooperativas de la Generalitat de Cataluña, David Bonheví, destacó que el Govern de la Generalitat cree plenamente en la economía social y presumió de estar al frente de la dirección general “que es la mejor de todas”, exhibiendo el presupuesto que maneja al gestionar los fondos de los centros especiales de empleo.

Al mismo tiempo, alabó también el potencial de la economía social en Cataluña, si bien “tenemos que intentar que la otra economía y que todos los ayuntamientos y la Administración nos entiendan más”. Al hilo, apuntó que avanzan en la buena dirección, dado que la semana que viene se aprobará en el Parlament de Cataluña una nueva Ley de Economía Social en la región.

NO ES UN ADORNO

Tras esta mesa redonda, moderada por el jefe de la Secretaría de la Coalición Local2030 de las Naciones Unidas, Sébastien Vauzelle, tuvo lugar la clausura del Primer Congreso Internacional de Asett, en la que volvió a intervenir la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, quien manifestó que añadir social a la palabra economía “no es un adorno, no es un calificativo, no es ni siquiera un matiz en la economía capitalista”. Es, según sentenció Díaz ,”una alternativa estructural, un modo de vida, una forma distinta de habitar el mundo que se basa en la solidaridad, en la cooperación, en la equidad, la sostenibilidad y la justicia social”.

“Frente al mandato de competir, la economía social comparte que coopera, que nos apoyamos. Frente al sálvese quien pueda, que no es más que una trayectoria de fracaso, proponemos cuidarnos mutuamente”, deslizó la vicepresidenta segunda, quien sostuvo que no basta “resistir” ante los modelos que promueve la “extrema derecha”, sino que “necesitamos levantar una nueva arquitectura que sea económica y que empiece desde abajo”.

“Allí donde otros se retraen, la economía social avanza. Donde otros especulan, nosotros y nosotras cuidamos. Donde otros dividen y fragmentan y generan odio, nosotros y nosotras tejemos comunidad”, resolvió la líder de Sumar en el Gobierno de coalición.