La iniciativa llega tras lo ocurrido con la medida para informar sobre un supuesto “síndrome posaborto” en recursos municipales. Si bien el Gobierno municipal apoyó la medida en el Pleno, el viernes pasado en un Pleno extraordinario el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, avanzó que no se pondría en marcha. Este giro llevó a abrir el debate sobre la obligatoriedad en el cumplimiento de las iniciativas del Pleno.

En su propuesta, Vox exigió la puesta en marcha de una reforma del reglamento orgánico del Pleno para que las iniciativas que se aprueben sean “vinculantes”, “salvo que tengan imposibilidad jurídica, material o económica”.

“Pacta sunt servanda” (los pactos deben cumplirse). Con esa frase comenzó su intervención el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, quien preguntó al alcalde si recuerda la frase de su época como opositor a Abogado del Estado. “La mitad de los temas no los estudió, sobre todo el del cumplimiento de las sentencias. Ese se lo saltó, ese día no fue a clase”, dio Ortega con ironía.

Argumentó que es “inaceptable” trabajar en iniciativas y debatir sobe ellas en las juntas municipales y el Pleno municipal para que luego queden “al albur” y “abritrariedad del equipo de Gobierno de turno”, algo que “poco tiene que ver con la democracia, la representatividad, la legalidad o la eficacia administrativa”.

El presidente el Pleno, Borja Fanjul, argumentó que la Junta de Gobierno tiene “vetada” la capacidad de iniciar un procedimiento de modificación del reglamento del Pleno por la ley de Capitalidad. Añadió además que las funciones del Pleno y la Junta de Gobierno están “separadas” precisamente para “proteger la representación y que el Pleno pueda controlar la acción de Gobierno”.

Explicó además que lo que sucede en el Pleno del Ayuntamiento no es “distinto” a lo que sucede en otras instituciones como en el Congreso, el Senado, las corporaciones locales y las comunidades autónomas. “Respete usted al Pleno, respete usted a los concejales y no trate de reformar el reglamento por la puerta de atrás cuando le conviene por cuestiones políticas. Mucho más importante es la convivencia dentro del salón de plenos que reformar algo porque a usted le conviene en un momento dado”, aseveró.

El concejal del PSOE Pedro Barrero defendió que “los acuerdos del Pleno deberían cumplirse” porque es “la base de la representación democrática” pero rechazó “el uso partidista del reglamento para tapar la ideología ultra”, que a su juicio representaba la medida sobre el supuesto “síndrome posaborto”.

“Cumplir los acuerdos del pleno no es un capricho ni un gesto simbólico, es la esencia misma de la democracia y el respeto a la palabra dada y a la voluntad de los madrileños y madrileñas. Pero claro, para esto hay que creer en las reglas del juego y el Partido Popular y Vox solo aceptan estas reglas cuando están en el poder y pueden escribirlas a su medida”.

El concejal de Más Madrid Nacho Murgui calificó la medida de “bufonada de la derecha sin perfumar para seguir señalando la impostura de un alcalde que vota en un pleno sin saber lo que está votando”.

“Hoy seguimos perdiendo el tiempo con sus juegos de trileros políticos y su irresponsabilidad. Podríamos estar votando sobre si la tierra es plana, sobre el gran reemplazo, sobre el protocolo de los sabios de Sion o sobre cualquier otra majadería en torno a la que quieran competir las dos derechas, la que que no se perfuma y despide todavía un tremendo y desagradable olor a búnker, y la que sí se perfumó pero a la que le está abandonando el desodorante en esa loca carrera hacia el fascismo”, apuntaló.