Así lo trasladó la vicealcaldesa y portavoz municipal, Inma Sanz, quien explicó que a través de este contrato el Ayuntamiento de Madrid gestiona la valoración y el seguimiento de situaciones en las que menores en estas circunstancias de riesgo grave son acogidos por familiares.

Este programa se encuadra en un modelo “de búsqueda”, es decir, de acercar los recursos a los usuarios "para facilitar su arraigo". En concreto, “se ofrece a familias que presentan escasa motivación para iniciar o continuar el proceso de atención en los Centros de Atención a la Infancia (CAI), principalmente por manifestar dificultades para acudir a la sede”.

Así, el servicio se traslada al entorno habitual en el que se desenvuelven los menores, de manera preferente en el propio domicilio familiar o en los centros educativos, culturales o recreativos que frecuentan en su vida cotidiana.

Ante casos de menores en desprotección, el Consistorio aseguró que se realiza una intervención para favorecer su permanencia en el núcleo familiar. No obstante, cuando la Comunidad de Madrid asume la tutela y se produce una separación, se trabaja la reincorporación del niño a su familia en el plazo de tiempo más breve posible. Además, en estos supuestos en los que se establecen medidas de protección se ofrece apoyo al menor y los familiares durante el proceso.

VALORACIONES DE IDONEIDAD

Cuando se abordan situaciones de acogimiento de menores por parte de su propia familia extensa (abuelos u otros parientes), los profesionales del programa ejecutan las valoraciones de idoneidad, llevan a cabo un acompañamiento social y emiten los preceptivos informes de seguimiento.

Asimismo, proporcionan asistencia tanto a la familia de origen como a la de acogida si se producen episodios problemáticos o de crisis y se capacita a los progenitores y a los menores para hacer más fácil el regreso al hogar de origen.

Esta intervención implica diferentes actuaciones, como entrevistas individuales o grupales, visitas al domicilio, acompañamiento a recursos, organización de actividades intergeneracionales, de ocio o respiro familiar y grupos de autoayuda.

De ellas se encargan 27 profesionales, con perfil de psicólogo, trabajador social, educador social, apoyados por un coordinador y un administrativo.