Aznar va a seguir milimétricamente el guión que estableció el 17 de enero de 2000 para disolver las Cámaras tras su primer mandato. Fiel a su tesis de estabilidad institucional, el jefe del Eecutivo apura hasta el último día de plazo para convocar (55 antes de la fecha de los comicios), igual que hizo hace cuatro años.

Incluso ha copiado la hora del Consejo, las cinco de la tarde, y la hora de comparecencia ante los periodistas, las 19.30, en esta ocasión para hacer balance de sus ocho años de mandato. El adiós definitivo se producirá cuando se forme el siguiente gobierno, en abril o mayo. Desde el 14 de marzo y hasta esa fecha, Aznar estará en funciones.

La disolución de las Cortes e produce en un clima político muy similar al de hace cuatro años, con acusaciones del PP al PSOE de romper su tradición nacional por atraerse a los nacionalistas.

Cuatro años después de ser elegido por primera vez en 1996 presidente del Gobierno con los votos de PP, Coalición Canaria, CiU y PNV, Aznar dedicaba la rueda de prensa de disolución de las Cortes, el 17 de enero de 2000, a defender la Constitución porque es "la expresión del aseguramiento y la fortaleza del marco de convivencia".

Aznarpedía al entonces líder socialista, Joaquín Almunia, que dijera si estaba dispuesto a reformar la Constitución para que los nacionalistas le auparan a la Presidencia del Gobierno.

"Las frustraciones de los proyectos políticos personales no deben afectar a la Constitución ni pueden plantearse posiciones de reforma constitucional en razón del cumplimiento o no de unos objetivos políticos personales", añadió.

Por eso, insistía, "es muy bueno" que antes de las elecciones se expliquen los programas y os pactos a los que se está dispuesto a llegar después de los comicios. "Todos los ciudadanos tienen derecho a conocer qué hay detrás de algunos acuerdos", dijo.