En una conferencia enmarcada en la convención de la Asociación de Mercados Financieros (AMF) en el Real Casino de Madrid, el dirigente del regulador bancario centró toda su intervención en el euro digital, que ha entrado ahora en la fase de preparación en el Banco Central Europeo (BCE).

A grandes rasgos, será una moneda digital que permitirá efectuar pagos en toda el área del euro, de acceso generalizado, gratuito para las operaciones básicas (como la apertura de cuenta, los pagos o la gestión del instrumento de pago) y de fácil utilización a través del móvil o mediante una tarjeta.

Estaría, además, disponible para los pagos más habituales (entre particulares, en comercio físico y en comercio 'online', incluyendo los pagos hacia y desde las Administraciones Públicas) e incluiría una modalidad ‘offline’ que permitiría efectuar operaciones sin necesidad de conexión y con un elevado nivel de privacidad. El abono de los pagos sería inmediato, a cualquier hora del día, cualquier día de la semana, e incorporaría funcionalidades de carga y reintegro automáticos que facilitarían el control de gastos.

No obstante, más allá de estas características, Hernández de Cos respondió a algunas de las “inquietudes” del sector financiero. En primer lugar, señaló que será distribuido por los proveedores de servicios de pago sujetos a regulación, ya que las entidades “están mucho mejor posicionadas” que los bancos centrales para gestionar las relaciones con los clientes.

“Se trataría, en definitiva, de replicar en la medida de lo posible la distribución de tareas existente en el mercado de pagos a día de hoy. Ello contribuiría, además, a que las entidades mantuvieran sin cambios su relación con los clientes, quienes podrían, incluso, consultar y operar con el euro digital a través de su banca 'online'”, explicó.

POSIBLE TRAVASE DE DEPÓSITO

Asimismo, señaló que los bancos centrales comparten la “preocupación” de las entidades financieras por la posibilidad de que se produzca un “posible trasvase de depósitos hacia el euro digital”. En este contexto, avanzó que el Eurosistema ha analizado distintas herramientas “que permitirían minimizar dicho impacto y aboga por la fijación de límites máximos a la tenencia de saldos de euros digitales”, aunque todavía “no está decidido el importe”.

Para operaciones de mayor importe a los saldos establecidos, Hernández de Cos habló de utilizar los mecanismos de cascada y cascada inversa, que no restarían “operatividad”. La cascada posibilitaría que un usuario recibiera un pago en euros digitales cuyo importe le hiciese superar el saldo máximo, traspasando automáticamente el exceso de saldo a una cuenta de pago vinculada. La cascada inversa, por su parte, funcionaría en el sentido opuesto.

Por último, Hernández de Cos reconoció que es “necesario” establecer un modelo de compensación “que proporcione a estas suficientes incentivos como para garantizar un buen funcionamiento del ecosistema”. Para ello, el Eurosistema defiende “un modelo similar al de los esquemas de tarjeta, de modo que las entidades puedan cobrar comisiones a los comercios y, a su vez, abonen una comisión a la entidad del cliente titular de euros digitales”. Por último, señaló que la gratuidad de los servicios básicos “no sería óbice para que los intermediarios pudiesen desarrollar servicios de valor añadido, y cobrar por ellos”. También indicó que se abrirá la puerta para que los colegisladores puedan implementar salvaguardas dirigidas a evitar posibles abusos.

ENTRADA EN VIGOR NO GARANTIZADA

Cabe recordar que la decisión del BCE pasar a la fase de preparación no implica que se vaya a emitir el euro digital. No obstante, este paso se ha adoptado para que, ante "el dinamismo del mercado de pagos y la complejidad de un proyecto de esta envergadura", el Eurosistema esté "lo más preparados posible para dar una respuesta ágil, en caso de que fuera necesario".

“Es natural que no se perciba como acuciante la necesidad de poner en circulación un euro digital. Pero los árboles no nos deben impedir ver el bosque. A la velocidad a la que avanza la digitalización, en general, y la de los pagos, en particular, conviene no subestimar el riesgo de que en un futuro no necesariamente muy lejano nos enfrentemos a un escenario que apenas se parezca al actual". "Con independencia de la decisión que finalmente se tome, todo el esfuerzo que hemos venido realizando y que continuaremos llevando a cabo en el Eurosistema creo que está plenamente justificado”, declaró el gobernador del Banco de España.