En declaraciones a Servimedia, Barea dijo que ya resultaba difícil cumplir ese compromiso en el 2002, por lo que mucho más lo será el año que viene, especialmente si, como ha anunciado Aznar, pretende al mismo tiempo, aumentar las pensiones más bajas y adelantar la profesionalización del Ejército, medidas ambas con un significativo coste prespuestario.

Barea subrayó que, "como objetivo me parece bien, pero hay que explicitar cómo se instrumenta su consecución, si mediante una reducción del gasto social, de las subvenciones a empresas públicas o recortes en inversión en infraestructuras".

A su juicio, frenar las inversiones en infraestructuras sería un error, porque lo que no ve otra manera de alcanzar ese objetivo que no pase por recortes en gastos sociales (pensiones, educación, sanidad y servicios sociales), que suponen actualmenteel 55% de los presupuestos de las administraciones públicas.

Barea se mostró de acuerdo con la idea de Aznar de alcanzar un compromiso de estabilidad en el gasto público entre el Estado y las comunidades autónomas, pero advirtió de que para eso es preciso alcanzar un compromiso con los gobiernos regionales, que gozan de autonomía financiera.