El primero en pronunciarse fue el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que declaró que la dimisión debería haberse dado “no hace unos días, sino hace meses y años” y que ahora la RFEF debe iniciar “un proyecto de futuro para el fútbol masculino y el femenino, que cada vez es más importante y que ha dado una de las satisfacciones del verano”.

Por su parte, el manchego Paco Núñez lamentó que las actitudes de Rubiales provocaran “un bochorno” y manifestó que “para dimitir tres semanas después, no era necesario estar tapando la victoria” de la selección. En ese contexto, afirmó que este episodio “ha quitado mucho foco y mucho protagonismo a las campeonas” por una actitud que calificó de “vergonzosa” y que, según explicó, “pertenece a un pasado que sin lugar a dudas marca muy poco lo que quiere España”.

El presidente autonómico aragonés, Jorge Azcón, se situó en línea con sus compañeros y reiteró que la situación era “absolutamente insostenible” y que ha sido “incomprensible que él no se diera cuenta antes de la situación en la que estaba antes de estas tres semanas”. Por otro lado, espera que “se abra un nuevo período en la Federación para que España sea la sede del Mundial en 2030”.

En ese sentido, añadió que la polémica no solo ha supuesto “enturbiar o eclipsar” la victoria de la selección, sino que ha llevado a que “se hablara, y no bien de las posibilidades de la candidatura de España para el mundial de 2030”, en cuya participación declaró estar “especialmente ilusionado”.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, fue el último en hablar del tema y también calificó la situación de “insostenible” y que la dimisión tendría que haberse dado antes.