Belarra realizó estas declaraciones en el acto conmemorativo por el Día Nacional del Tercer Sector celebrado en la sede de CaixaForum en Madrid, que inauguró junto al presidente de la Plataforma del Tercer Sector (PTS), Luciano Poyato, y el subdirector general de la Fundación “la Caixa", Marc Simón.

Según confesó, la no aprobación de esta ley "es una de las espinitas clavada” que se lleva de su recién concluido mandato al frente de Derechos Sociales. A su juicio, es “urgente que esta norma vea pronto la luz y que universalice la prestación por hijo a cargo”, ayuda para la que reclamó una cuantía “mucho mayor” de la actual.

Otro proyecto pendiente de la legislatura que acaba de terminar y que Belarra espera aprobar en el nuevo ejercicio es la Ley de Servicios Sociales. “Necesitamos una Ley de Servicios Sociales que sea ágil y consagre el trabajo de las organizaciones del Tercer Sector”, defendió.

Entre los logros de su ministerio, Belarra citó el acuerdo marco con el Tercer Sector, que “permitió mejorar la estabilidad de las fuentes de financiación”; la incorporación del eje social dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, por el que varias partidas del Fondo Europeo de Recuperación se destinaron a proyectos sociales, y “el despliegue del escudo social durante la pandemia, que consagró nuevos derechos como el Ingreso Mínimo Vital”.

Agregó que se puso en marcha la transformación del sistema de cuidados y la modernización de los servicios sociales, iniciativas en las que “se debe continuar y profundizar en la próxima legislatura”.

RECONOCIMIENTO

Además, la ministra envió “un mensaje de cariño y de agradecimiento” a todos los trabajadores de las organizaciones del Tercer Sector porque “sabemos que vuestras condiciones laborales no siempre son óptimas”. “En vuestro caso, se mezclan el compromiso ético con la realidad laboral”, reflexionó, “y las horas dedicadas nunca son suficientes, y los teléfonos de trabajo nunca se apagan”. "Por eso, mi saludo más cariñoso y mi abrazo más apretado para vosotras y vosotros”.

Por su parte, Luciano Poyato agradeció a la ministra la instauración del Día Nacional del Tercer Sector a propuesta de su departamento el año pasado. “La elección del 9 de octubre corresponde con la aprobación en 2015 de la Ley del Tercer Sector”, que definió como “una ley que nadie llevaba en su programa electoral y que salió adelante porque nos empeñamos las organizaciones fundadoras de la plataforma”.

En su opinión, esta norma “nos permitió mantener el diálogo civil con el Gobierno, sea del color que sea”, con lo que “reforzó nuestro papel institucional”. Con todo, dijo que “queda mucho desarrollo pendiente” y reclamó “avanzar” hacia un modelo de financiación que otorgue estabilidad a las entidades.

Poyato subrayó la importancia de “esta jornada que nos ayuda a hacer visible nuestro compromiso, que no es otro que el de defender los derechos de toda la ciudadanía”. “Queremos que cada vez más personas compartan nuestros valores y proyectos y de ahí la relevancia de dar visibilidad al Tercer Sector y que la ciudadanía lo conozca. También nos da la oportunidad de lanzar un mensaje a los poderes públicos”.

Por su parte, Marc Simón defendió la necesidad de “trabajar de forma colaborativa entre todos”, como hace Fundación “la Caixa” con las distintas organizaciones sociales, que “son las que implementan nuestros programas”. Además, alabó “el trabajo y el compromiso de tantos y tantas profesionales dedicados al Tercer Sector y a mejorar la vida de los demás".

La apertura del acto corrió a cargo de varias estudiantes del instituto Barrio Loranca de Fuenlabrada (Madrid), que participan del Programa de Derechos Humanos de la Fundación Yehudi Menuhin.

Además, representantes de las principales organizaciones sociales que integran la plataforma leyeron el manifiesto por el Día Nacional del Tercer Sector, que demanda “un diálogo civil efectivo y real con las instituciones y los poderes públicos; una colaboración genuina y transparente, en la que nuestras voces sean tenidas en cuenta; instrumentos de gobernanza reales”; la consideración de las entidades del Tercer Sector “como interlocutores prioritarios en materia de políticas públicas, y un modelo de financiación que asegure fondos suficientes y estables”.