Lo hizo en su intervención para cerrar el acto de fin de campaña de las primarias de Podemos en las que sus militantes votan la candidatura del partido a las elecciones europeas. Tienen de plazo para hacerlo hasta las 23.59 horas, al igual que para elegir a los coordinadores autonómicos de la formación en ocho comunidades, una de ellas Madrid.

Pese a que hay una candidatura que compite con la liderada por Isa Serra, Belarra no dudó en pedir en voto para ésta última como “la persona perfecta para hacerle oposición a Isabel Díaz Ayuso”. Y, aunque ocho militantes desconocidos rivalizan con Irene Montero, también ensalzó que ésta “no da nunca ninguna batalla por perdida”.

La líder de Podemos presentó la campaña de las europeas como “un reto importantísimo para nuestra formación”, y clave para “volver a poner en pie a la izquierda transformadora, una izquierda valiente que no acepte los límites del Partido Socialista como lo único posible”. Unas elecciones “hermosas” porque Podemos las acomete diez años después de su estreno en las europeas de 2014 porque, una vez ha pasado por el Gobierno, ya ha comprobado que “sí se puede”.

Pasando a la actualidad, Belarra dijo que “merece realmente la pena dejarnos la piel en esta campaña” porque “lo que tenemos enfrente es peligroso”. Lo ejemplifica, a su juicio, que “lo visto en el Congreso de los Diputados pone los pelos de punta”. “Hay un juez que Podemos conoce muy bien, al que hemos denunciado por prevaricación contra nuestro propio partido político, el juez García-Castellón, que se jubila en octubre y que ha decidido utilizar estos últimos meses para hacerle los últimos favores pendientes al Partido Popular”, relató. “Y se ha erigido a sí mismo como el líder simbólico o el líder espiritual de ese sector reaccionario del Poder Judicial que no hizo la Transición y que sigue pensándose que España es una dictadura, una dictadura en la que ellos son los que mandan”.

"DEMOCRACIA O BARBARIE"

“Este señor le está diciendo a toda España que él manda más que el Parlamento”, interpretó, calificando esa supuesta actitud del juez como “un ataque a la democracia española sin precedentes”, que hace que el debate no sea entre amnistía sí o no sino entre “democracia o barbarie”. Es decir, “sobre si manda la gente y mandan los representantes públicos que ha elegido la gente en las elecciones generales o mandan García-Castellón y sus secuaces del Poder Judicial”.

Acto seguido, Belarra enfocó al PSOE para insinuar que, aunque ahora “dice cosas” como ‘lawfare’, incluso en plena “ofensiva antidemocrática” de la derecha, ha ido a negociar con el PP la renovación del CGPJ. Lo atribuyó a que “lo que más desearía del mundo es volver al contubernio bipartidista” y a que está “deseando poder volver a ser lo que es” pero que “Podemos no le deja ser”: el que aprobó introducir la austeridad presupuestaria en la Constitución o apoyó la aplicación del artículo 155 en Cataluña.

“Por eso es tan importante que pongamos este proyecto político en pie, porque hace falta una izquierda transformadora”, alegó. Acto seguido, justificó la importancia de tener “una voz propia” como la que pretende separándose de Sumar “porque las palabras y las verdades, compañeros y compañeras, transforman la realidad”.

Terminó poniendo dos ejemplos de esa supuesta voz propia: que sólo Podemos se atreve a acusar de la falta de agua a las macrogranjas y los regadíos hiperintensivos, que consumen entre el 70 y el 80% del agua en España y están “en las manos de muy poquitas personas”, y que únicamente su partido llamó “genocidio” a lo de Israel en Gaza y “nadie quiere señalar al verdadero responsable, que son los Estados Unidos”.