Reviejo manifestó que la economía social aporta “transparencia, participación y un control interno real”, elementos que permiten mantener un sistema de distribución farmacéutica solidario y cohesionado. “En nuestra cooperativa un socio es un voto. No existe el capital mercantil que decide por encima de los demás. Cada cuatro años pasamos un examen, unas elecciones en las que cualquier socio puede presentarse si considera que las cosas no se están haciendo bien”, afirmó.

El vocal gallego recordó que Bidafarma, fruto de la integración de doce cooperativas, sirve en Galicia a más del 95 por ciento de las farmacias. “Garantizamos que una farmacia del Courel o de los Ancares reciba el mismo servicio que una farmacia del centro de A Coruña. Esa es la esencia de la economía social: igualdad, equidad y compromiso con el territorio”, explicó.

Reviejo recalcó que este modelo permite sostener a las farmacias rurales, actuar como red sanitaria de proximidad y reforzar la cohesión territorial. “Las farmacias son puntos clave para detectar problemas sociales como la soledad en personas mayores. El cooperativismo nos permite impulsar programas que miran más allá del medicamento y llegan directamente a la ciudadanía”.

Durante su intervención, Reviejo repasó los principales desafíos afrontados tras la integración en Bidafarma, incluidos los cambios tecnológicos, los procesos internos y la gestión durante la pandemia. “Fueron años muy duros. La actividad económica se detuvo, pero la sanitaria no. Y nosotros no podíamos fallar. Aun así, mantuvimos el suministro y reforzamos rutas y almacenes”, señaló.

Reviejo también puso en valor el sistema de consejos territoriales, formados en Galicia por representantes de las cuatro provincias. “No son decisiones vinculantes, pero sí un canal imprescindible para conocer de primera mano la realidad de cada zona. No es lo mismo Lugo que Ourense, o un área rural que una urbana. El cooperativismo funciona porque escucha y se adapta”, explicó.

A este sistema se suman los departamentos comerciales de proximidad, formados por farmacéuticos que visitan a los socios para detectar necesidades y asegurar un servicio de calidad. “Queremos profesionales cerca del territorio, con conocimiento y sensibilidad. Esa doble vía de comunicación es lo que fortalece la cooperativa”.