En este sentido, Lobeira comentó que esta situación se produce porque "desde 1946 se pueden verter al mar los residuos radiactivos y la organización marítima internacional en 1993 decidió acabar con este tipo de prácticas contra el medio marino".

En su opinión, "no hay entidad ni actuación que vigile la corrosión de los bidones radiactivos y el Estado español debería ser el primer interesado en vigilar esa zona y es responsable, por acción o por omisión".

"No queremos engañar a nadie, no queremos alarmar, sino que se estudie e investigue lo que hay ahí", añadió Lobeira, por lo que preguntó por las medidas de control de los residuos nucleares.

Por su parte, Joaquín Buergo del Río, director general de Calidad y Evaluación Ambiental de la Xunta, replicó que en Galicia "trabaja personal del Consejo de Seguridad Nuclear" y que el organismo internacional que lo estudia no detectó ninguna anomalía.

En este sentido, el diputado del BNG replicó que desde ninguna instancia internacional se hizo un seguimiento de los bidones vertidos, "si bien es cierto que el Estado español tiene estaciones de medición, pero están justo en la costa y no conocemos la situación que puede haber a 3.000 metros de profundidad".