El acto, que se llevó a cabo en el patio central del ministerio, en el madrileño Paseo de la Castellana, contó con la presencia de familiares de los fallecidos, de la cúpula de las Fuerzas Armadas, así como del embajador de Turquía, del que era responsable de la legación española en este país cuando ocurrió el accidente, así como de un enviado diplomático de Afganistán.

La ceremonia, que comenzó con la interpretación del himno nacional, incluyó la lectura del texto del "Homenaje a los que dieron su vida por España", en el que ensalza el valor de los que sirvieron a su país y que se lee durante las ofrendas a los militares fallecidos.

En este caso, la ofrenda floral, que llevaron a cabo Bono y cuatro de los familiares del Yak-42, estuvo precedida por una oración de homenaje, un responso por parte de un capellán militar, así como de la entonación del himno "La muerte no es el final".

SOBREVUELO Y FUSILERÍA

Seguidamente, el ministro y los familiares depositaron una corona de flores en el monolito del patio del Ministerio que recuerda a los que dieron su vida por España.

Asimismo, mientras se llevaba a cabo esta ofrenda floral, varios aviones de la Patrulla Águila sobrevolaron el patio ministerial y dibujaron en el cielo los colores de la bandera nacional. A continuación, los soldados presentes en el acto llevaron a cabo una descarga de fusilería.

Al finalizar la ceremonia, Bono saludó personalmente a los familiares de los militares, que ocuparon durante el acto un lugar destacado en el acto y muchos de los cuales se acercaron al final del homenaje al monolito frente al que se colocó la corona de flores.