Así lo precisó Bustinduy durante su intervención en Los Desayunos del Ateneo en conversación con los periodistas Ana Pardo de Verea, Pilar Santos y Josep Capella al ser preguntado por la manifestación convocada el domingo por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, contra los casos de corrupción en el PSOE y contra el Gobierno de Pedro Sánchez.

“La derecha tiene todo el derecho constitucional del mundo a manifestarse, es algo que hacen recurrentemente cuando no están en el poder”, denunció el ministro, al tiempo que lamentó que, en esta legislatura, “empezaron en el primer minuto, en el minuto uno”.

En este sentido, criticó que, “desde el primer día”, ha habido por su parte “un intento de desconocer la legitimidad del parlamento que salió de las urnas y de la conformación de este Gobierno”, al tiempo que aseveró que, a él, las manifestaciones que le “interesan” son las que se han convocado “contra el genocidio en Gaza y contra la impunidad del Estado de Israel en ese genocidio”, en defensa de la universidad pública frente a la “asfixia” de Ayuso o contra la violencia contra las mujeres, que, a su juicio, “atestiguan un empuje social en una dirección radicalmente contraria”.

En la misma línea, afeó “ver allí las fotos de exdirigentes del PP hablando de mafia” cuando en su último gobierno no solo se destapó la Gürtel, sino que “tenían una estructura parapolicial para perseguir a sus adversarios políticos” mientras en el Ministerio de Hacienda había “un zoco que presuntamente vendía, previo pago de su importe, tratos preferenciales a empresas o sectores económicos”, por lo que estimó que “un poquito de decoro no vendría mal”.

PSOE

Con respecto a los casos de corrupción en el seno del PSOE, Bustinduy volvió a pedir “luz, taquígrafos y asunción plena de responsabilidades”, si bien puntualizó que “ninguno de los hechos encausados refieren a esta legislatura ni a este Gobierno de coalición”. “Y ninguno, desde luego, refiere al espacio político de la izquierda que, en los últimos diez años, ha ocupado posiciones del máximo nivel de responsabilidad”, apostilló, al tiempo que se congratuló por el hecho de que, en ese tiempo, “a pesar de que ha habido decenas y decenas de querellas falsas y una operación parapolicial para intentar encausar a líderes de la izquierda”, no ha habido “un solo caso de corrupción en la izquierda”.

“La izquierda puede decir con toda la dignidad y con toda la determinación del mundo que a nosotros no nos ha pasado, por algo será”, sentenció, al tiempo que reiteró su petición de que, “sobre los casos de corrupción que están siendo investigados en sede judicial”, haya “luz, taquígrafos y que caiga todo el peso de la ley sobre cualquier persona que haya traicionado la confianza que debe regir en la cosa publica”.

En este contexto, reivindicó que Sumar propuso crear una agencia independiente anticorrupción “y votaron en contra las mismas fuerzas que se indignan”. “Hay que ampliar el foco, hay que exigir responsabilidades a las dos partes y llegar hasta las últimas consecuencias, pero está la derecha española para hablar en este sentido”, resolvió.

LEGISLATURA

Por lo que respecta a la legislatura, Bustinduy dijo no compartir “esta idea de parálisis y asfixia”, que, a su entender, “no es tal”, convencido de que lo que hay son “dificultades propias de un sistema parlamentario que refleja lo que se votó en las urnas”.

“Los socios ejercen con plena legitimidad su capacidad de decidir en las votaciones qué apoyan y qué no apoyan”, prosiguió, al tiempo que puso de relieve la “extraordinaria soledad de la derecha española, que es absolutamente incapaz de pactar con nadie”.

“Son incapaces de todo diálogo y de trenzar los acuerdos que requiere una situación parlamentaria como la que tiene España”, añadió, convencido de que el Ejecutivo va a “agotar” la legislatura y de que “tiene muy claro” su “horizonte”, en referencia a medidas como la intervención del mercado de la vivienda, la reforma del sistema de dependencia o la necesidad de acabar con la pobreza infantil y, en suma, todas aquellas que permitan “atajar las desigualdades estructurales”.