Biodiversidad

El cambio climático cambia rasgos de ‘personalidad’ en pingüinos de la Antártida

- Según un equipo de investigadores españoles

MADRID
SERVIMEDIA

El calentamiento global puede modificar conductas específicas en los pingüinos antárticos, como ser más atrevidos o tímidos, realizar migraciones más lejanas o sus estrategias para alimentarse.

Así se desprende del proyecto Perpantar ‘Consecuencias ecológicas y evolutivas de la personalidad en pingüinos antárticos en un mundo cambiante’, que forma parte de la Campaña de Investigación Antártica Española 2024 y está financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI).

“Los pingüinos son los primeros en sufrir la emergencia climática. Actúan como centinelas de la conservación del ecosistema antártico: conocer en profundidad los cambios que están experimentando en su comportamiento nos proporcionará modelos predictivos de las consecuencias del cambio climático en la Antártida mucho más precisos”, según Virginia Morandini, investigadora principal del proyecto Perpantar y del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) desde la base Gabriel de Castilla, ubicada en la Isla Decepción.

Morandini apunta que, por ejemplo, ello serviría para establecer nuevas zonas de protección o regular la pesca en el océano Antártico.

22 ESPECIES

La Península Antártica es una de las regiones del planeta con más incremento de temperaturas, lo que afecta a la dinámica oceánica porque ello reduce la extensión del hielo marino que podría afectar a la cadena alimentaria.

En consecuencia, se produce un descenso en la abundancia de krill, lo cual afecta a los principales depredadores -como los pingüinos- y disminuye la cantidad de especies que se alimentan preferentemente de este crustáceo.

“Incluir el estudio de la ‘personalidad’ en el contexto de cómo las poblaciones de pingüinos se enfrentarán a cambios ambientales es crucial para la comprensión de sus efectos considerando el carácter de los pingüinos antárticos como centinelas del ecosistema”, defienden los investigadores.

Los pingüinos son un grupo de 22 especies de aves marinas distribuidas en el hemisferio sur que se enfrentan a problemas específicos de conservación. Las principales amenazas son el cambio climático y la sobrepesca, que afectan a la cadena alimentaria, junto con las molestias humanas, la destrucción del hábitat, la contaminación y las enfermedades emergentes.

“El comportamiento individual, también denominado personalidad, tiene consecuencias en los procesos ecológicos, como las relaciones depredador-presa, interacciones parásito-hospedador, competencia, sociabilidad, apareamiento, crianza, cuidado parental, demografía, dispersión, colonización o distribución en los hábitats, entre otros”, apunta Josabel Belliure, investigadora de la Universidad de Alcalá (UAH) que forma parte del equipo que lleva a cabo el proyecto Perpantar.

Belliure señala: “Que un pingüino de las especies barbijo, papúa o de Adelia, las tres que estudiamos en este proyecto, se muestre más tímido, agresivo o explorador que el resto intervendrá en su supervivencia o capacidad de reproducción”.

LAS HEMBRAS, MÁS ATREVIDAS

Los investigadores destacan tres hallazgos principales. Uno de ellos es la presencia de garrapatas en colonias de pingüinos a lo largo de la Península Antártica, entre ellas algunas consideradas libres de garrapatas, según el último censo llevado a cabo hace 10 años.

Además, algunos pingüinos presentan hemoparásitos transmitidos por garrapatas, lo que afecta a su comportamiento de forrajeo.

“La presencia de garrapatas afecta al comportamiento de alimentación de los adultos reproductores: estos se desplazan más lejos que los individuos de zonas sin o con muy bajas densidades de garrapatas y experimentos anteriores indican que la supervivencia de los pollos también disminuye en zonas con mayor concentración de estos vectores”, explica Morandini.

Además, se han registrado más movimientos migratorios al sur y al oeste. Algunos individuos se desplazan hasta 5.000 kilómetros.

Y se han constatado diferencias de comportamiento entre las especies estudiadas. Así, los pingüinos papúa son más tímidos y asustadizos que los barbijo o de Adelia. También se han detectado disparidades entre individuos de una misma especie, como comportamientos más atrevidos en las hembras que en los machos.

(SERVIMEDIA)
07 Mar 2024
MGR/gja