Según se recoge en el informe ‘Rehabilitación justa y sostenible para una vivienda asequible’, más de uno de cada tres hogares en situación de pobreza afrontan problemas para mantener una temperatura adecuada durante los meses de invierno, mientras que esto solo afecta al 12% de hogares de altos ingresos.

El estudio subraya también que la vivienda supone la principal fuente de gasto de los hogares en España, lo que hace que el 17% quede en situación de pobreza tras pagarla. Este hecho dificulta que puedan destinar recursos a cuestiones como la rehabilitación o la mejora de la eficiencia energética, pues enfrentan mayores dificultades económicas (como deudas o sobreesfuerzo en el pago de la vivienda), que los aleja aún más de acceder a estos procesos.

Además, un 86% del total de los hogares españoles señala que no han mejorado el aislamiento térmico de sus viviendas en los últimos cinco años, situación que afecta al 93% de las viviendas en alquiler, y a un 91% de los hogares en riesgo de pobreza, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida publicados en 2023 por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por su parte, los hogares que viven de alquiler presentan una doble vulnerabilidad, pues uno de cada tres queda en situación de pobreza severa tras pagar el alquiler, lo que genera que esta población concentra la mayor parte de los problemas de calidad de la vivienda, como humedades y falta de aislamiento, que afectan al 34% de los hogares que alquilan en España, pero tampoco podría enfrentar posibles subidas de precios de alquiler si sus viviendas se rehabilitaran.

Desde Provivienda creen que los próximos años “son decisivos” para que las políticas y planes estatales, autonómicos y municipales en torno a la rehabilitación de la vivienda lleguen tanto a las personas de menos ingresos y más afectadas por la crisis de asequibilidad de la vivienda, como a quienes viven en regímenes diferentes al de propiedad.

Para ello, y según explicó la directora general de Provivienda, Gema Gallardo, “será determinante financiar a los hogares y barrios vulnerables, contar con el Tercer Sector especializado sin ánimo de lucro, fomentar la vivienda social a través de la rehabilitación y la vivienda asequible en la ciudad ya construida e incorporar una perspectiva climática sostenible en las políticas sociales y de vivienda”.