CASO MOHEDANO. MARTI MINGARRO APOYA A MOHEDANO Y RECUERDA QUE LA CONSTITUCION PROTEGE LA LIBERTAD DE DEFENSA
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El decano del Colegio de Abogados de Madrid, Luis Martí Mingarro, ha enviado una carta al diputado y secretario general del Grupo Socialista del Congreso, José María Mohedano, en la que le expresa su apoyo frente a las acusaciones que ha recibido por su vinculación profesional como abogado con el constructor José ómez-Pinto.
La carta de Martí Mingarro, que hoy fue hecha pública por el propio Mohedano durante la rueda de prensa que ofreció en el Congreso, es respuesta a la que previamente le había enviado el diputado socialista y en la que le pedía una toma de postura en relación con las críticas que ha recibido estos días desde los medios de comunicación.
"Descalificar a un abogado, identificando su trabajo profesional con la conducta o actuaciones de su cliente, comporta una grave perturbación de nuestrosistema jurídico, porque por esa vía los abogados perderíamos nuestra libertad y nuestra independencia para defender, y los clientes se quedarían con ello sin la garantía de tener una defensa plena", afirma el decano de los abogados madrileños.
El contenido íntegro de la carta es el siguiente:
"Querido amigo y compañero:
Recibo tu carta, fechada el día de hoy, en la que me pides una toma de postura en relación con la libertad de defensa y con la no identificación entre la actuación profesionl del abogado y las actividades sociales o económicas del cliente, tema que creo sin duda está afectado por noticias aparecidas en la prensa en estos días en relación con actuaciones profesionales tuyas.
Parece innecesario recordar, pero hay que hacerlo con tanta frecuencia como las circunstancias exijan, que el artículo 24 de la Constitución protege la libertad de defensa, de la que forma parte el derecho del ciudadano a la libre elección de su defensor y el derecho del abogado a asumir también libreente la defensa de cualquier cliente y cualquier asunto.
Ello implica, a su vez, que el hecho de asumir la defensa de un inculpado no puede nunca prestarse a la confusión de la conducta, posiblemente reprochable, del cliente con la noble actuación de su abogado que, al defenderle, cumple una misión insustituible en un Estado de derecho.
Descalificar a un abogado, identificando su trabajo profesional con la conducta o actuaciones de su cliente comporta una grave perturbación de nuestro sistema jurdico, porque por esa vía los abogados perderíamos nuestra libertad y nuestra independencia para defender, y los clientes se quedarían con ello sin la garantía de tener una defensa plena.
Tantas veces se dice que no hay una justicia independiente sin una abogacía independiente que en nosotros está hacer que ese postulado sea verdad.
Por todas esas razones no tengo inconveniente alguno en hacerte llegar mi propia postura, naturalmente compartida por quienes componen la Junta de Gobierno del Colegio en el sentido indicado: lamentando que, a través de los avatares políticos, en los que nunca entramos ni entraremos, pueda perturbarse el derecho que tienes como abogado a elegir tus propios clientes y el derecho que tienen esos clientes a elegirte como su defensor.
Correspondo a tu abrazo con otro muy cordial, Luis Martí Mingarro".
(SERVIMEDIA)
21 Jul 1993
JRN