El fiscal acusa a los procesados de nueve delitos de asesinato consumado y de seis de asesinato frustrado, por lo que además de los referidos años de cárcel, solicita que ambos sufraguen a los familliares de las víctimas las consiguientes indemnizaciones, que ascienden a unos 300millones de pesetas.

Todavía no hay fecha para la celebración de la vista oral y queda pendiente ahora que los letrados de la acusación particular y de la defensa presenten sus conclusiones al presidente de la Audiencia de Badajoz, que será quien fije la fecha del juicio.

El 26 de agosto de 1990, los hermanos Izquierdo, Emilio, de 57 años, y Antonio, de 53, decidieron acabar con sus enemigos de toda la vida, los Cabanillas, apodados "Amadeos".

Nueve personas murieron acribilladas por las bals y los postazos que los dos hermanos dispararon con sus escopetas de caza, del calibre 12, a discreción, sembrando el terror y la muerte en las calles del pueblo cacereños de Puerto Huarraco, en tanto que otras siete resultaron heridas de gravedad.

Encarna y Antonia Cabanillas, de 12 y 14 años, fueron las primeras víctimas elegidas por los hermanos izquierdo, que pretendieron zanjar así un rencor pendiente entre ambas familias desde 30 años atrás.