Así lo recoge un documento con propuestas sobre prácticas no laborales presentado este jueves en rueda de prensa por el sindicato, en el que se pone de relieve que estas prácticas, por parte de determinadas empresas, “no son casuales, sino que nacen con la evidente intención de rebajar los costes laborales a pesar de la incuestionable precarización que suponen”.

A juicio del sindicato, esto afecta tanto a los trabajadores, “que ven deterioradas sus condiciones laborales”, como a los estudiantes que no culminan su proceso formativo “correctamente y además viven su primera experiencia en el mercado laboral caracterizada por una constante vulneración de sus derechos”.

En este punto, CCOO destaca la importancia de que se apruebe un Estatuto del Becario, cuya negociación acaba de iniciar el Ministerio de Trabajo y Economía Social con los sindicatos y la patronal. Se trata de un compromiso del componente 23 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, así como de un mandato legal de la reforma laboral que entró en vigor el pasado mes de diciembre.

CCOO estima, sin considerar los estudiantes de Máster, que el total de jóvenes que realizan prácticas en un año está en torno a los 447.000, y el volumen de prácticas en 486.000, suponiendo que un 26,4% de los estudiantes universitarios realiza dos prácticas al año en España.

MARCO DE CALIDAD

Para mejorar la situación actual, CCOO pide impulsar un marco de calidad para las prácticas académicas externas curriculares y eliminar las prácticas académicas externas extracurriculares y las no laborales para jóvenes con titulación y sin experiencia. Para el sindicato, estas últimas deben “laboralizarse”.

Reclama también asegurar que las prácticas en las que no prima la formación, sino la producción, se laboralicen; limitar el número de becarios en una empresa en función de la plantilla; garantizar la presencia de los sindicatos mayoritarios en las charlas previas al inicio de las prácticas; prohibir convenios de colaboración con empresas en situación de ERTE o ERE en los mismos términos que los contratos formativos, y asegurar la protección por desempleo, pensión y contingencias comunes por parte de la Seguridad Social.

Asimismo, plantea que las personas en prácticas se incorporen en los planes de prevención de riesgos laborales y en los protocolos de no discriminación; que la compensación económica que percibe un becario no sea inferior al 50% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), y que las personas que están trabajando y que quieran desarrollar prácticas formativas tengan derecho a excedencia.

OBSERVATORIO

Igualmente, entre las propuestas de CCOO también destaca el refuerzo de la Inspección de Trabajo y la creación del Observatorio del Becario (u otro nombre), concebido como organismo autónomo, u otra figura que se valore, que deberá contar con la participación de los agentes sociales -en especial, los sindicatos mayoritarios y las organizaciones patronales-, instituciones académicas (como el Consejo de Universidades o el Consejo General de Formación Profesional) y las entidades representativas del alumnado.

Por último, también pide prohibir a empresas sancionadas por irregularidades con prácticas no laborales volver a desarrollarlas en un plazo de cinco años, así como establecer un sello de calidad para los centros de trabajo que desarrollen estas prácticas en “los estándares de calidad más altos”.