Según informó CEAR este martes, más de 31.000 personas llegaron al archipiélago canario durante este año, y más de 500 murieron en el intento, superando el pasado fin de semana las cifras de la denominada ‘crisis de los cayucos’ de 2006.

La organización afirmó que la reactivación de la ruta canaria comenzó en julio de 2023 y supone una ruptura con la tendencia de descenso en las llegadas que se venía observando desde marzo de 2022. No obstante, “este incremento es inferior al experimentado en otros países fronterizos de la Unión Europea, especialmente en la ruta del Mediterráneo Central hacia Italia, que representa el 68% del total de llegadas por mar a la UE”.

La directora general de CEAR, Estrella Galán, reclamó que “la respuesta ante el drástico aumento de llegadas a Canarias en 2020 ya puso en evidencia la necesidad de responder de manera ágil y garantista frente a situaciones de emergencia, así como de contar con una estructura estable y digna de acogida humanitaria. Además, en el contexto actual es más necesario que nunca una coordinación eficaz entre todos los actores implicados en esta respuesta humanitaria”.

CEAR valoró que hay una serie de factores combinados que están haciendo que las personas estén poniendo su vida en riesgo en el mar, al no disponer de vías legales y seguras para migrar o buscar protección. Entre ellos, el buen estado del mar y los vientos, que son muy favorables para las travesías en esta época del año conocida en las islas como de Las Calmas.

A esto se sumaría la creciente inestabilidad política y social que arrasa el continente africano desembocó en 10 golpes de Estado, en 7 países, en los últimos 3 años. Una situación que podría agravarse en caso de que estallara un conflicto si la crisis de Níger no se resuelve.

Según la organización, influyó las repercusiones sociales de la crisis política en Senegal, principal país de origen de las personas que están llegando a Canarias. En julio, una condena de dos años de prisión por un delito contra la moral (corrupción de la juventud) al principal líder opositor Ousmane Sonko provocó un estallido de protestas que deterioró el clima social. Represiones policiales, detenciones masivas, operaciones de desinformación, ataques a la libertad de expresión y la aparición de civiles con armas de fuego junto a la policía han azotado a la población local y han agudizado la voluntad de migrar de muchas personas.

MEDIDAS NECESARIAS

Frente a esta situación de emergencia, CEAR reclamó una serie de medidas con el objetivo de garantizar derechos y evita más muertes en el Atlántico, que son dar respuesta ágil y garantista frente a situaciones de emergencia que permita ampliar la capacidad del sistema de acogida, seguir trabajando para garantizar una estructura estable y digna de acogida humanitaria, la solidaridad interterritorial y corresponsabilidad de manera permanente, continuar gestionando traslados ágiles, transparentes y sistematizados desde Canarias a la Península, para evitar que las islas se conviertan en campos de retención y políticas migratorias planificadas y con un enfoque de derechos.

Asimismo, pide garantizar el acceso a atención jurídica individualizada, a traducción e interpretación, a la tutela judicial efectiva y al procedimiento de protección internacional; la solidaridad y cuotas de reubicación obligatoria entre los países miembro de la UE, vías legales y seguras de acceso a la protección, poner fin a los acuerdos de externalización de fronteras con terceros países de origen y tránsito; apostar por una cooperación al desarrollo no condicionada y relaciones económicas internacionales más justas, por último, reclamar a representantes políticos responsabilidad en sus discursos y declaraciones en relación a la emergencia en Canarias.