La CMT entiende que es necesario tomar estas medidas cautelares para que las operadoras distintas de Telefónica puedan estar "en condiciones de competir" con esta compañía y de "lanzar ofertas a los clientes finales equiparables a las del operador dominante".

Entre las medidas, el órgano regulador obliga a Telefónica de España a rebajar los pecios que cobra a los mayoristas por el acceso indirecto al bucle de abonado, proporcionado por Telefónica al resto de los operadores para que puedan ofrecer servicios de acceso a Internet a alta velocidad.

La CMT fija un sistema de precio máximo para estos servicios mayoristas, que será el resultado de multiplicar el precio minorista que, en cada momento, ofrezca Telefónica a los clientes finales, por un coeficiente que "permita que los demás operadoras dispongan de un margen suficiente para comerciaizar sus propios servicios de ADSL y poder así competir con Telefónica".

Esta medida afecta únicamente a las cuotas de abono que se pagan mensualmente, pero no a las cuotas de alta, ya que éstas se abonan una sola vez y se mantendrán como están hasta ahora.

Asimismo, la CMT obliga a Telefónica de España a prestar un nuevo servicio de acceso indirecto de conexión en un punto distante, que permita que el operador autorizado elija la central en la que desea conectar para cada una de las 109 demarcacones en que se ha dividido el país.

Los precios máximos para este servicio se calculan, como en el caso anterior, a partir de los precios minoristas de la compañía dominante, para que "estén modulados en cada momento con la oferta de Telefónica".