Crisis climática
El CO2 atmosférico aumenta más rápido que nunca desde que hay registros
- Llega a 426,7 partes por millón, el nivel más alto en millones de años, según la NOAA
- “La contaminación por combustibles fósiles sigue acumulándose como la basura en un vertedero”, según los científicos
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El dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera alcanzó el pasado mayo un nuevo récord anual de 426,7 partes por millón (ppm) en el Observatorio Atmosférico de Mauna Loa (Hawái), lo que supone el nivel más alto en millones de años y el mayor incremento bienal desde que hay datos.
Así lo aseguran este jueves científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y el Instituto Scripps de Oceanografía, de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos).
Charles David Keeling, geocientífico de Scripps, inició mediciones in situ de CO2 en la estación meteorológica Mauna Loa de la NOAA en 1958. Fue el primero en reconocer que los niveles de dióxido de carbono en el hemisferio norte caían durante la temporada de crecimiento y aumentaban a medida que las plantas morían en el otoño.
Documentó estas fluctuaciones de CO2 en un registro que llegó a conocerse como la ’curva de Keeling’. También resultó ser el primero en reconocer que, además de las fluctuaciones estacionales, los niveles de dióxido de carbono subían cada año.
Pieter Tans, climatólogo de la NOAA, encabezó el esfuerzo para comenzar las mediciones propias de esa institución en 1974.
Desde entonces, el Instituto Scripps y la NOAA han realizado observaciones complementarias e independientes.
“SEÑALES CLARAS”
Los investigadores indicaron que el CO2 se está acumulando en la atmósfera “más rápido que nunca” y se acelera en un incremento a niveles “muy superiores” a lo experimentado “durante la existencia humana”.
El promedio mensual de 426,7 ppm el pasado mayo supone 2,9 más respecto a ese mes de 2023 y el quinto mayor incremento anual en los 50 años de registro de la NOAA.
Si a esos 2,9 ppm se añaden los 3,0 ppm de aumento de 2023, se concluye que entre 2022 y 2024 se produjo la mayor subida bienal jamás registrada por la NOAA durante el pico de concentración atmosférica de CO2 en mayo. Para Scripps, ese salto empató con el récord establecido en 2020.
Por otro lado, los científicos de NOAA y Scripps indicaron que las concentraciones de CO2 entre enero y abril de 2024 aumentaron más rápidamente que en el primer cuatrimestre de cualquier otro año.
"Durante el año pasado, hemos experimentado el año más caluroso registrado, las temperaturas oceánicas más altas registradas y una serie aparentemente interminable de olas de calor, sequías, inundaciones, incendios forestales y tormentas", según Rick Spinrad, administrador de la NOAA.
Spinrad añadió: “Ahora estamos descubriendo que los niveles de CO2 atmosférico están aumentando más rápido que nunca. Debemos reconocer que estas son señales claras del daño que la contaminación por dióxido de carbono está causando al sistema climático y tomar medidas rápidas para reducir el uso de combustibles fósiles lo más rápido posible”.
Ralph Keeling, director del programa de CO2 de Scripps, destacó que el aumento interanual observado en marzo de 2024 fue el más alto tanto para Scripps como para NOAA en el registro de la ‘curva de Keeling’.
"El CO2 no solo se encuentra ahora en el nivel más alto en millones de años, sino que también está aumentando más rápido que nunca", indicó Keeling, antes de recalcar: “Cada año se alcanza un máximo mayor debido a la quema de combustibles fósiles, que liberan contaminación en forma de dióxido de carbono a la atmósfera. La contaminación por combustibles fósiles sigue acumulándose, como la basura en un vertedero”.
MANTA QUE ATRAPA EL CALOR
Al igual que otros gases de efecto invernadero, el CO2 actúa como una manta en la atmósfera que impide que el calor que irradia la atmósfera escape al espacio. El calentamiento de la atmósfera alimenta fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías e incendios forestales, así como precipitaciones e inundaciones más intensas.
La mitad del dióxido de carbono que los seres humanos liberan al aire permanece en la atmósfera. La otra mitad se absorbe en la superficie del planeta y se divide en partes iguales entre la tierra y el océano.
La tasa de crecimiento récord de dos años observada entre 2022 y 2024 es probablemente el resultado de altas emisiones sostenidas de combustibles fósiles combinadas con las condiciones del fenómeno climático El Niño, que limitan la capacidad de los ecosistemas terrestres globales para absorber CO2 atmosférico, según John Miller, científico de la NOAA.
(SERVIMEDIA)
06 Jun 2024
MGR/gja