La organización agraria aboga por el establecimiento de compensaciones desde las instituciones europeaspara frenar el impacto que estos acuerdos generan entre los productores valencianos afectados por estas concesiones comerciales.

Según Joan Brusca, secretario general de la Unió-COAG, "el mercado comunitario tiene un poder adquisitivo alto y es muy atractivo para países terceros que desarrollan sus producciones hortofrutícolas, y que en sus acuerdos con la UE buscan continuamente mejorar sus concesiones comerciales".

Asimismo, Brusca recordó que "en ciertos países terceros, el coste de mano de oba es incomparablemente inferior al de la UE y, en consecuencia, las producciones comunitarias no tienen capacidad de competir. Además, estos países no nos garantizan la calidad de las producciones, como en el caso de la patata egipcia, que presenta problemas de podredumbre".

Los negociadores comunitarios ofrecen a Egipto la posibilidad de aumentar el cupo de sus exportaciones de patatas sin arancel hasta las 250.000 toneladas en tres años, el de naranjas hasta 60.000 toneladas también en el mismo perido, 32.000 toneladas de arroz, la mayoría de la variedad japónica que se cultiva en arrozales valencianos, y 3.000 toneladas de flor.

Para la Unió de Llauradors, lo más preocupante del acuerdo que se va a firmar, parecido al que rige las relaciones con Marruecos y que está pendiente de renovación, es que puede "desencadenar nuevas peticiones de mejoras por parte de otros países del área mediterránea, aprovechando que en la UE parece que desde hace un tiempo ha llegado la hora de las rebajas de la agriultura mediterránea, y los países terceros lo que hacen es aprovechar los días de oro".