La COAG destaca que el sueldo medio de cada agricultor o ganadero es la mitad de la media nacional por cada trabajador. Señala además que el paro agrario ha crecido desde el 11,7% en 1984 hasta el 18,5% actual, mientras que en el mismo período de tiempo el número de trabajadores de este sector se ha reducido en casi un millón de personas.

Esta situación se agrava debido a que en muchas zonas no se está produciendo relevo generacional y a la desigualdad queexiste en la percepción de ayudas públicas, ya que el 20% de los beneficiarios obtienen el 75% de las ayudas.

REFORMA DE LA PAC

Con estos datos, la COAG propone una serie de bases para la orientación de la Política Agraria Común de la UE. En primer lugar, considera imprescindible el apoyo a la modernización del campo, por lo que rechaza la propuesta comunitaria de eliminar la financiación del FEOGA.

Para conseguir un reparto más equitativo de las ayudas públicas, apunta la posibilidad de que ésas se otorguen en función del empleo efectivo que se genere en cada explotación. Asimismo, reclama el impulso de la calidad y la innovación en la producción.

También pide estabilidad en los precios y una remuneración justa para el productor, así como el reconocimiento a los agricultores de su aportación en forma de bienes no materiales, como su formación, su cultura o su educación.

Asimismo, reclama de los agricultores una producción que responda a la cantidad y calidad necesarias, pero respetand el entorno.

Por último, la COAG insiste en que el medio rural se debe seguir defendiendo desde una política agraria común, por lo que se niega a una renacionalización de las ayudas al campo.