Se trata de proteger la afluencia de público a los estadios y la participación de los deportistas amateur en este juego, ya que, según el Ejecutivo comunitario, las nuevas normas, modificadas en julio de 2000, no se encuadran en el ámbito de aplicación de las normas europeas de competencia.

La normativa supone una mejora importante en relación a las presentadas en un primer momento. Estas habían recibido la oposición frontal de las sociedades comerciales de radiodifsión, que se quejaban de que se les restringía indebidamente su libertad para retransmitir encuentros por los que ya habían pagado.

Además, en los últimos años el precio de los derechos de retransmisión de los acontecimientos deportivos se ha ido incrementado de forma importante, especialmente en el caso de los partidos de fútbol. El dinero procedente de las televisiones es una buena fuente de ingresos para los clubes de fútbol, aunque éstos también quieren proteger la afluencia de público a sus estados. Estas dos cuestiones han sido valoradas por el Ejecutivo europeo para tomar su decisión.

A partir de la presente temporada, 2000-2001, las normas de la UEFA autorizan a las federaciones nacionales de fútbol a impedir la retransmisión de encuentros de fútbol en su territorio durante dos horas y media el sábado o el domingo, dependiendo de la programación nacional. Esta prohibición bastaría para proteger la afluencia de público e incluso para que los aficionados que quieran ver el partido por televiión tengan tiempo de regresar del estadio.

Estas normas ofrecen a las federaciones de fútbol la oportunidad de programar encuentros nacionales en horas que no vayan a ser perjudicados por la retransmisión simultánea de fútbol, en contra de la afluencia a los estadios y la participación amateur en el deporte.