La caída es consecuencia tanto de la apreciación de la peseta, en un 0,6 por ciento, como de un crecimiento de los precios superior, en un 0,5 por cien, al de los 16 países de la OCDE incluidos en el índice.

Frente a la CE, la competitividad de los productos españoles se edujo un 1,4 por ciento, con una apreciación de la peseta del 0,9 por cien y un deterioro de los precios del 0,5.

La Secretaría de Estado de Comercio asegura, no obstante, que el nivel de competitividad actual es el más favorable desde 1990, principalmente como consecuencia de las dos devaluaciones de la peseta.

El pasado mes de enero ha sido el primero en que se ha aplicado el nuevo índice de tendencia de la competitividad, que sustituye al que estuvo vigente desde 1976.

El nuevo índice es ás algo "pesimista" que el anterior, ya que establece que, desde 1980, la competitividad exterior disminuyó un 11,7 por ciento frente a la OCDE y un 14,2 por cien en relación a la CE, lo que supone 1,6 y 2,7 puntos más de lo estimado con el anterior índice.