Con esta iniciativa, que combina formación y práctica de un trabajo remunerado, el Ejecutivo pretende impulsar la inserción laboral de los jóvenes, especialmente la de aquellos que tienen más dificultades.

El aprendizaje de un oficio, según explicó González, se alternará con un trabajo productivo en actividades relativas a la recuperación o promoción del patrimonio artístico, histórico, cultural o natural, mediante la rehabilitación de entornos urbanos o del medio ambiente permitiendo así la inserción a través de la profesionalización y adquisición de experiencia de los participantes.

Los programas de formación tienen una duración entre uno y dos años y, en su transcurso, los alumnos firmarán con la entidad promotora un contrato de formación y recibirán el salario desde el momento en que comiencen la formación.

Además de la formación concreta de cada materia, los alumnos recibirán una iniciación a la informática y a la utilización de las nuevas tecnologías de la información, así como un módulo de sensibilización medioambiental, un curso de prevención de riesgos laborales y otro de perspectiva de género para fomentar la igualdad.