El suceso tuvo lugar en la madrugada del 9 de agosto de 1993, cuando la hermana menor acudió al Centro de Salud de Logrosán y pidió a la doctora que fuese a su casa para atender a su padre, que estaba enfermo. La doctora le preguntó si el hombre era capaz de acudir por su propio pie al centro, con el fin de no dejar éste desasistido.

La joven se march y a los pocos minutos regresó con su hermana mayor, exigiendo ambas a la doctora que fuese inmediatamente a su casa para atender al enfermo. Las dos jóvenes insultaron además a la doctora y la amenazaron de muerte con frases como "te voy a rajar" y "coge el maletín, que si no, te mato".

Las dos hermanas se abalanzaron sobre la doctora, pero no pudieron llevar a cabo la agresión física, ya que intervinieron una ATS y el conductor de las ambulancias, que se hallaban presentes en el centro.

Ambas hrmanas se tranquilizaron cuando se les dijo que atenderían a su padre en su casa, pero en presencia de miembros de la Guardia Civil.

A los cinco minutos, y no habiendo acudido al domicilio la doctora, las jóvenes volvieron una vez más al Centro de Salud y se repitió la escena anterior, aunque esta vez con heridas leves: las dos hermanas se abalanzaron nuevamente sobre la doctora, sin conseguir agredirla, ya que volvieron a interponerse la ATS y el conductor de la ambulancia. Sin embargo, estas dos peronas fueron golpeadas por la hermana mayor, que les propinó varias patadas en las piernas, teniendo que ser asistidas por un médico.

El Juzgado de lo Penal de Cáceres condena a la hermana menor a pagar 100.000 pesetas de multa y a la mayor a abonar la misma cantidad y a tres días de arresto.

La pena no ha sido mayor al considerar el juzgado que las dos hermanas fueron víctimas de un arrebato, ya que hacía dos meses que su madre había muerto y culpaban a la misma doctora de no haberle prestado la ebida asistencia médica, habiendo denunciado entonces a ésta en el Juzgado de Instrucción de Logrosán.