Antes de la votación, el ex presidente del Parlamento andaluz, el guerrista José Antonio Marín, culpó a los renovadores de haber sido los culpables del descenso de votos obtenido en los últimos comicios.

Por su parte, el líder renovador onubense y miembro de la Ejecutiva Federal señaló que la renovación no era "ni un insulto ni una divisin", sino una forma de "ponerse al día", para los socialistas españoles.

Mientras, el guerrista Carlos Navarrete admitió que el Psoe "se estaba equivocando en algo", tras los resultados de los últimos comicios electorales. Además, aseguró que, pese a sus 22 años como secretario provincial, "no se sentía cansado".

Navarrete se congratuló de que en esta provincia no se hubiese registrado ningún caso de corrupción política que hubiese saltado a las primeras páginas de los periódicos.

Estas interenciones dieron paso a la elección, por parte de los 282 delegados onubenses, en medio de un ambiente de normalidad, lo que provocó que, incluso alguno de los asistentes diera alguna cabezada en su asiento, debido al cansancio acumulado.

Antes, el diputado renovador, Genero García, criticó que nadie había ofrecido a su sector alguna oferta de integración, como habian asegurado los oficialistas. Dicha acusación fue negada por el guerrista José Antonio Marín, aunque García, entre silbidos y murmullos, Grcía ratificó su crítica.