La reacción del Consej se produce ante la polémica surgida en varias comunidades autónomas en las que algunas marcas de leches maternizadas han decidido ofrecer sus productos en puntos de venta distintos a las farmacias.

El CCU destaca que el punto de venta no requiere una ubicación especial que sólo puedan aportar las oficinas de farmacia, e insiste en que el envasado de este tipo de leche evita que puedan sufrir alteraciones o manipulaciones que degraden su calidad.

El Consejo estima que la venta exclusiva de las lehes maternizadas en farmacias provoca que el consumidor adquiera el producto un 20 por ciento más caro que si no fuera así.

Además, mantiene que en el resto de países de la Unión Europea (UE) no se producen situaciones de este tipo y recuerda que la normativa comunitaria permite la libre concurrencia de estos productos en el mercado.