En la misiva se incluyen expresiones como "...para encubrir las fechorías de la junta fasista del centro", que los responsables de El Dueso creyeron objeto de sanción. Una sanción ratificada posteriormente por el juez de Vigilancia penitenciaria.

El 20 de enero del 95, Louis Venosini pidió amparo al Constitucional que, en fallo de 9 de julio pasado, conocido hoy, sostiene que la sanción se decidió en base a pruebas obtenidas "con violación" del secreto de las comunicaciones consagrado en la Carta Magna de 1978.

El alto tribunal considera probado que "existió una intervención" de la crrespondencia del reo con el juez de vigilancia penitenciaria de Santander, sin que los funcionarios de prisiones estuvieran autorizados a ello. "Resulta evidente", concluye el Constitucional, "que la Administración Penitenciaria no respetó el proceso debido legal y reglamentariamente".

"A estos efectos", matiza el tribunal, "es irrelevante que el escrito se hubiese enviado en sobre cerrado o sin dicha formalidad, o que iniciare un procedimiento de tramitación judicial o su destinatario fuese el juez e Vigilancia Penitenciaria".