La iniciativa incluye tres piezas audiovisuales de apenas dos minutos y medio de duración en las que varios estudiantes exponen su opinión sobre qué alimentos son saludables y cuáles son o si los refrescos son o no saludables.

Asimismo, expresan su punto de vista sobre la comida del colegio y en qué “podría mejorar”, a lo que algunos responden que “es saludable”, pero resulta “mejorable” y “la tendrían que hacer más buena”.

Preguntados por si han aprendido nociones sobre alimentación en el colegio, recordaron la importancia de llevar una dieta “variada” que incluya frutas, verduras, legumbres y pescado.

En ella invita a familias, docentes, colegios y nutricionistas a “unirse” al departamento de Alberto Garzón para conseguir unos comedores escolares “sobresalientes” que “garanticen” una alimentación “saludable, sostenible e inclusiva”, según precisó en su página web.

HERRAMIENTA PARA EL CAMBIO

Junto a ello, la iniciativa pretende que el comedor sea “entendido y aprovechado” como una herramienta “para el cambio” y un espacio para educar a los pequeños “en buenos hábitos alimentarios”.

En paralelo, busca transmitir a las familias la importancia de “complementar” los menús escolares con una dieta “variada y equilibrada”, en la que predominen productos frescos y de temporada y se reduzca la ingesta de alimentos procesados y con alto contenido en sal, azúcar y grasas saturadas.

También pone de relieve que el comedor escolar es un espacio para la “inclusión social” en el que deben ofertarse menús “adaptados” a necesidades especiales” tanto sanitarias, como éticas y religiosas.

“En definitiva, ponernos manos a la obra y hacer que el comedor escolar deje de ser #LaAsignaturaPendiente”, apostilló, para recordar que, pese a ser “la huerta de Europa”, los niños de España “están a la cola” en cuanto al consumo de frutas y hortalizas, un 40,6% de los menores de entre seis y nueve años tiene exceso de peso y el 76% necesita mejorar su dieta, según datos del Estudio Aladino 2019.

“Sin embargo, tenemos una gran oportunidad para mejorar la alimentación de estos escolares”, sentenció la agencia, convencida de que los comedores escolares pueden “transformar la alimentación de las nuevas generaciones, ofrecer un menú nutritivo y contribuir a mejorar la alimentación de los niños”.

UN COMEDOR SOBRESALIENTE

Por lo que se refiere a los criterios que debe seguir un “comedor sobresaliente”, defendió que éste es aquel que “respeta” la frecuencia de consumo recomendada por las autoridades sanitarias de los distintos grupos de alimentos y ofrece agua como “única bebida”.

Por otra parte, instó a “asegurarse” de que los menús son supervisados por profesionales con formación “acreditada” en nutrición humana y dietética y a que estos incluyan e alimentos “frescos, de temporada y de proximidad”, con, al menos, un 45% de frutas y verduras de temporada y proximidad y un 5% de alimentos ecológicos.

Además, el comedor “sobresaliente” solo emplea aceite de oliva virgen para aliñar y aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico para cocinar y utiliza sal yodada, evitando el uso de caldos concentrados o potenciadores de sabor. En caso de que, de forma ocasional, se estime necesario su uso, utiliza las opciones con un 25% reducido de sal.

De otro lado, ofrece pan integral y pasta o arroz integral al menos dos veces a la semana, así como menús especiales para quienes los necesiten por motivos de salud (alergias o intolerancias) o éticos y religiosos.

Por último, un comedor “sobresaliente” es aquel que informa a las familias sobre los menús mensuales, sus ingredientes principales y técnicas culinarias y “sugiere” menús “complementarios” para cenar en casa.