El número de este tipo de actos ha decrecido un 21% respecto a 2022, año en que se celebraron 589 actos. Además, se ha producido la desaparición total de los ‘ongi etorris’ a presos de ETA a su salida de prisión.

La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, manifestó este jueves que es “una muy buena noticia para las víctimas, al tratarse de los actos más humillantes que podíamos presenciar”. Algunos de ellos, recordó, se celebraron incluso debajo de la casa de una de las víctimas de los asesinatos de la banda terrorista.

No obstante, insistió en que “la legitimación pública de ETA a través de otro tipo de actos sigue muy presente en las calles de Euskadi y de Navarra”, tal y como reflejan todos los actos documentados. De todos ellos, 173 se han celebrado en Guipúzcoa, 162 en Vizcaya, 67 en Navarra, 40 en Álava, 14 en otras provincias y 10 en el extranjero, sobre todo en el País Vasco Francés.

De todos los actos, 178 han sido manifestaciones reclamando la excarcelación de etarras; 166 han sido pintadas y pancartas de ensalzamiento explícito a ETA y sus presos; 48 fueron homenajes públicos a etarras muertos, 27 fiestas populares dedicadas a enaltecer a ETA y cinco han sido de homenajes en la vía pública a etarras que todavía están en prisión. El resto se encuadra en la categoría de “otros”.

Covite señaló que “el culto a ETA y a sus terroristas está lejos de desaparecer” y reclamó una “mayor implicación de las instituciones, especialmente las del País Vasco y de Navarra, para acabar con esta lacra”. En este sentido, mostró su preocupación por la posibilidad de que salga adelante la proposición de ley que registró Sumar en el Congreso de los Diputados para despenalizar el artículo 578 del Código Penal.

La presidenta de Covite añadió que “a pesar de que hemos comprobado, por la vía de los hechos, que ese artículo no sirve para acabar con la glorificación del terrorismo de ETA, nos preocupa que se pueda instalar en la sociedad la falsa idea de que ésta es una lacra en la que las instituciones no tienen ninguna responsabilidad, cuando sí la tienen”.

Además, este colectivo señaló a Sortu como el partido organizador de estos actos de “legitimación pública de ETA y de sus terroristas”, lo cual evidencia que “los líderes de la izquierda abertzale son quienes más contribuyen a la radicalización violenta de una parte de la sociedad vasca. Centenares de jóvenes están creciendo con la idea de que los etarras son héroes, ‘presos políticos’ o ‘refugiados políticos’ porque así lo transmiten los portavoces de Sortu”.