El repositorio se basa en relatos en primera persona que narran la vida con un trastorno mental y puede ser útil para comunicadores y profesionales de la salud mental, para familiares de personas con enfermedades y para los propios pacientes, según informó la Universidad este martes.

"Es un instrumento para visibilizar las enfermedades mentales y para sensibilizar a la sociedad sobre estas”, explicaron los investigadores del Grupo de Investigación Interuniversitario en Aplicaciones Lingüísticas (Grial), de los Estudios de Artes y Humanidades, que coordinaron el desarrollo del diccionario, Marta Coll-Florit y Salvador Climent Roca.

Asimismo, creen que este diccionario “puede ayudarnos a todos a reflexionar sobre el modo en el que hablamos sobre la salud mental y a tomar consciencia del poder de nuestras palabras".

Este diccionario es uno de los resultados del proyecto ‘Moment’, dedicado a detectar qué metáforas se utilizan en el ámbito de la salud mental y qué conceptualizaciones esconden estas analogías. "Las metáforas que utilizamos tienen el poder de destacar elementos concretos de la realidad, mientras que pueden ocultar otros”, detallaron los expertos.

En este sentido, indicaron que las metáforas pueden revelar ideas que no surgen de forma explícita en los discursos, pero que pueden filtrarse a través del lenguaje figurado. Relataron que no es lo mismo decir 'tienes que luchar contra tu enfermedad' que decir 'tienes que convivir con tu enfermedad'.

La primera metáfora destaca la confrontación entre la persona y la afección, mientras que la segunda destaca la aceptación de la situación", explicaron los investigadores.

El diccionario está organizado tanto por orden alfabético como por temas, estructurados en tres áreas: metáforas de la vida con un trastorno mental, metáforas de la comunicación y el contexto social, y metáforas de la medicina y la práctica profesional.

Todas están agrupadas en torno a diferentes conceptos clave y cuentan con ejemplos. Esta sistematización y ejemplificación de las metáforas usadas por los pacientes permite "acercarnos a lo que piensan y experimentan, así como es una vía para que puedan sentirse más comprendidos y menos solos", apuntaron los investigadores.