El sector más endeudado con el sistema bancario es el de construcción, que tenía contraido un volumen de créditos de 3.484.500 millones de pesetas, 657.100 millones más que al finalizar el ejercicio anterior.

Según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), esta situación obedeceen parte al atraso en los pagos por parte de la Administración, que obliga a las constructoras a recurrir al endeudamiento exterior para mantener su operatividad.

La CNC, que cifra los atrasos acumulados por mora en el pago en un total de 750.000 millones de pesetas, estima en 100.000 millones el coste financiero que representaron esas demoras para las empresas en 1991.

Otro sector que incrementó fuertemente su endeudamiento con el sistema bancario durante el año pasado fue el de comercio, que aduda a bancos y cajas 3.247.100 millones de pesetas, un 18,7 por ciento más que en 1990.

El crecimiento del endeudamiento afectó prácticamente a todas las actividades productivas, aunque resultó más moderado en el sector primario de agricultura y ganadería y en las empresas de electricidad, agua y gas.

CASI UN BILLON MAS PARA VIVIENDA

La financiación de actividades productivas absorbe actualmente más de las dos teceras partes de los préstamos otorgados por el sistema bancario al sector privado d la economía, que el año pasado alcanzaron los 33,8 billones de pesetas.

De esa cantidad, 17,7 billones fueron prestados a empresas privadas, 13,1 billones a particulares y el resto a cooperativas de producción y otras entidades financieras, principalmente.

En el crédito solicitado por los particulares, destaca el aumento de casi un billón de pesetas en el pedido para la adquisición de vivienda, que pasó de 3,98 billones de pesetas a finales del 90 a 4,94 billones al terminar 1991.

El crédit suscrito para la adquisición de un piso supone ya el 38 por ciento del endeudamiento de los particulares con la banca privada y las cajas de ahorros, diez puntos más que en el año 1985.

Esta evolución pone de manifiesto que los particulares tienen que dedicar cada vez una mayor parte de su endeudamiento a la compra de piso, como consecuencia del "boom" de precios registrado a partir de la segunda parte de los ochenta.

El año pasado, los consumidores paliaron el fuerte aumento en la solicitud de réditos para vivienda ajustándose el cinturón en los pedidos para la adquisición de bienes de consumo duradero (coches y electrodomésticos, principalmente).

El crédito solicitado para ese fin aumentó sólo un 5,5 por ciento, frente al 11,5 por cien del año anterior, y se tradujo, entre otras cosas, en una drástica caída de las ventas de automóviles.

También descendió el volumen de crédito pedido para comprar valores (acciones y obligaciones, sobre todo), que pasó de 112.600 a 110.800 millones de psetas, acusando igualmente el enfriamiento de la economía y el empeoramiento de las expectativas.