Lo hizo a través de dos informes publicados por la red de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) – ‘Informe Mundial sobre Desastres’ e ‘Informe Todos Cuentan’-, en los que ofrecen información sobre los éxitos y los desafíos de los últimos tres años y hacen recomendaciones sobre cómo los líderes pueden mitigar tragedias de esta magnitud en el futuro.

En sus trabajos, los equipos de la Cruz Roja y la Media Luna Roja documentaron cómo la pandemia “prosperó y exacerbó las desigualdades”, reseñando que “el saneamiento deficiente, el hacinamiento, la falta de acceso a los servicios sociales y de salud y la desnutrición crean las condiciones para que las enfermedades se propaguen más rápido y más lejos”.

De hecho, la Federación Internacional descubrió que los equipos respondieron rápidamente a la pandemia porque “ya estaban presentes en las comunidades, y muchos de ellos habían participado en esfuerzos de preparación, tenían experiencia previa en la respuesta a epidemias y eran fuertes auxiliares de sus autoridades locales”.

A su juicio, “el mundo debe abordar las vulnerabilidades socioeconómicas y de salud desiguales mucho antes de la próxima crisis”.

Ante esta situación, el secretario general de la FICR destacó que “la pandemia de la covid-19 debería ser una llamada de atención para que la comunidad mundial se prepare ahora para la próxima crisis de salud”, subrayando que “nuestras recomendaciones a los líderes mundiales se centran en generar confianza, abordar la desigualdad y aprovechar a los actores y comunidades locales para realizar un trabajo que salve vidas”.

Esto le sirvió para comentar que “la próxima pandemia podría estar a la vuelta de la esquina”, por lo que “si a experiencia de la covid-19 no acelera nuestros pasos hacia la preparación, ¿qué lo hará?”

Por otro lado, reconoció que “las organizaciones comunitarias son una parte integral de la preparación y respuesta ante una pandemia” y llamó a “aprovechar su conocimiento local para lograr una mayor confianza, acceso y resiliencia”, ya que “han sido tres años muy duros” y “la comunidad global puede aprender lecciones y hacer justicia a esta tragedia al estar mejor preparada para futuras emergencias de salud”.

Por su parte, el coordinador de Cruz Roja Española, Toni Bruel, aseguró que la pandemia le ha enseñado que “se pueden hacer muchas cosas, más de las que pensamos que somos capaces, que ayudan a los demás de manera sencilla y estando presentes en todas partes”.

En ese sentido, abogó por reforzar la preparación local, la prevención, el aprovechamiento y la optimización de los recursos, la protección común contra los impactos socioeconómicos, el fortalecimiento de los mecanismos de solidaridad global para garantizar respuestas a todas las necesidades y el análisis continuo de la situación para reevaluar en todo momento si es necesario modificar las ayudas y tomar medidas.

Recordó que Cruz Roja Española ya puso en práctica algunas de estas medidas gracias al continuo contacto con la Cruz Roja China, las cuales permitieron “mitigar, en la medida de los posible, los efectos adversos de la pandemia”.

Por último, explicó que la organización, a través del Plan Cruz Roja Responde, ha ayudado a un total de 5.425.846 personas ante la pandemia, una cifra que se extiende a más de 1.100 millones en el caso de la FICR.