Lo confirmó este miércoles el coordinador general de Cruz Roja Española, Antoni Bruel, durante su comparecencia ante la Comisión de Derechos Sociales del Senado en la que dio cuenta del trabajo y la labor que realiza esta organización impulsando la atención social como respuesta a la evolución de las situaciones de vulnerabilidad que se han visto agravadas como consecuencia de la pandemia.

En su intervención, Antoni Bruel atestiguó que la irrupción de la pandemia del coronavirus motivó la puesta en marcha del Plan Responde a partir del cual Cruz Roja ha atendido a 5.319.000 personas a través de 57 millones de acciones.

En ese sentido, detalló las acciones del plan estuvieron relacionadas con la prevención de la transmisión del virus, el apoyo a los servicios sanitarios de las comunidades autónomas, los ayuntamientos y el propio Ministerio de Sanidad en aquello que necesitaran (transporte de enfermos y evacuación de residencias de ancianos), evitar que las personas incurrieran en necesidades no cubiertas (medicamentos, alimentos), contribución a la pérdida temporal o definitiva de empleo, continuidad de la actividad escolar en remoto y la construcción de albergues.

Subrayó que entre los meses de marzo y abril de 2020 se alcanzó el pico de respuestas, cuya intensidad se fue mitigando con el tiempo hasta las 75.000 mensuales que se prestan en la actualidad.

Antoni Bruel reseñó que el 65% de las personas atendidas por la organización fueron mujeres con una media de edad de 54 años, el 29% tenía un origen extranjero, y el 44% contaba con estudios primarios y secundarios.

A su vez, llamó la atención ante el hecho de que, si bien en el inicio de la pandemia el 44% de las personas atendidas eran mayores y el 5% jóvenes, esta tendencia fue invirtiéndose a lo largo del tiempo, ya que los primeros estabilizaron sus vidas mucho antes que los segundos.

Del mismo modo, señaló que 800.000 personas de las atendidas por Cruz Roja nunca habían tenido un contacto previo con la organización, lo que le permitió manifestar que el 45% de estos individuos estaban en situación de desempleo, el 51% de los cuales se quedó sin trabajo durante la pandemia -el 16% al inicio y el 35% tras el confinamiento domiciliario-.

También atestiguó que las personas en situación de Erte no acudieron a solicitar los servicios de Cruz Roja.

El 67% de las personas atendidas eran trabajadores pobres, el 60% de los cuales percibía unos ingresos inferiores a los 6.400 euros anuales; mientras que el 48% confesaba tener problemas para llegar a final de mes, siendo más del 80% de estos hogares monomarentales.

SALUD MENTAL

Antoni Bruel explicó que cuatro de cada diez personas atendidas tenían problemas psicológicos de manera continua, entendidos éstos de la siguiente manera: depresión (16%), preocupación (26%), insomnio (19%), siendo prevalente la inquietud por el sostenimiento del hogar en los jóvenes y las preocupaciones por la soledad en el caso de los ancianos.

En este punto, destacó la puesta en marcha del teléfono Cruz Roja Te Escucha para prestar atención emocional o de salud mental a quienes lo necesitaran.

La brecha digital fue otro de los factores observados, como lo ilustra el hecho de que el 48% de los individuos que acudió a Cruz Roja no tenía conexión a Internet, el 57% carecía de ordenador y el 30% de los menores contaba con problemas para seguir sus clases ‘online’.

Por último, verbalizó que la organización se estructuró en torno a seis áreas de conocimiento (socorro, inclusión social, salud, empleo, educación y medio ambiente) para suministrar alimentación, productos de higiene, acogida a personas en situación de vulnerabilidad, apoyo en el acceso a prestaciones como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y competencias digitales.