Esta necesidad responde al hecho de que el organismo elimina precisamente esa cantidad cada día a través de la piel, los pulmones, la vejiga y los intestinos. Dado que el agua es el componente más importante dl cuerpo, éste no puede funcionar sin el aporte correspondiente durante más de 3 días.

Conseguir el equilibrio de fluidos adecuado influye de manera decisiva en el bienestar y el rendimiento del individuo. Está demostrado que la capacidad de rendimiento cae en picado si la ingesta de líquidos es insuficiente.

Basta con una carencia de fluidos equivalente al 2 por ciento del peso corporal para que dicha capacidad comience a disminuir, lo que puede ocasionar trastornos en la concentración, la atencón y la memoria.

Por lo general, una dieta normal aporta el suficiente líquido, pero en condiciones de fuerte calor o actividad física excesiva conviene beber en abundancia.

Además los niños y los ancianos, por diferentes razones, no tienen suficientemente desarrollado el sentido de la sed. Por esta razón, unos y otros no deben esperar a tener sed, sino que han de beber agua y bebidas frías o calientes con regularidad para no deshidratarse. Las personas que residen en zonas altas o de clima frío ambién necesitan beber más.