Según informó el departamento que lidera Margarita Robles, este centro permitirá un entrenamiento esencial y prioritario para los pilotos y el personal implicado en despliegues aéreos y de transporte, evidenciando que “nuestras Fuerzas Armadas son un orgullo y un ejemplo allí donde se les requiere”.

El proyecto para el aeródromo aragonés busca también el progreso económico, la vertebración territorial, y la generación unos 350 empleos, según avanzó la secretaria de Estado, Amparo Valcarce, quien acompañó a la ministra en este acto.

Aspectos técnicos, como los aeronáuticos, de seguridad, disponibilidad de instalaciones y suministro de servicios, además de su buena climatología y baja densidad de tráfico aéreo, fueron claves en la decisión final de elegir la ubicación de Teruel para este nuevo centro estratégico.

Además de reforzar la instrucción y el adiestramiento en operaciones aéreas de alta precisión, el centro podrá también integrar nuevas tecnologías duales (civiles y militares) y optimizar la interoperabilidad con los aliados europeos y de la OTAN.

La necesidad de operaciones de multidominio hace que la creación del Ciema sea para Defensa un paso decisivo para fortalecer las nuevas capacidades operativas de las Fuerzas Armadas.