El informe del Fondo Mundial para la Naturaleza ‘Una trampa de plástico. Liberando de plástico el Mediterráneo’, publicado en 2018, señaló que la contaminación del mar Mediterráneo aumenta un 40% durante el verano debido a los vertidos que generan los turistas. Además, investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) concluyeron en 2020 que, en la época estival, se acumulan en las playas cada día hasta 5,7 veces más de residuos que en temporada baja.

Sin embargo, Cerezo advirtió de que, si bien el turismo es el “responsable del aumento de la contaminación, no por ello debemos mirarlo con malos ojos”. La problemática, según la experta marina, reside en la “mala gestión de los residuos” y la “falta de previsión en el diseño de las depuradoras”. Además, indicó que la contaminación de las playas no desaparece en temporada baja, por lo que el problema se relaciona también con “una sociedad poco concienciada con la necesidad de cuidar el medio ambiente”.

Cerezo subrayó que “durante los últimos años se ha visto una tendencia al alza por parte de las compañías hoteleras y empresas turísticas a apostar por un turismo más sostenible” a través de medidas como las políticas de ‘residuo cero’ en sus instalaciones y la inversión en energías renovables. No obstante, avisó que “aún queda mucho por hacer”.

En este sentido, destacó la necesidad de que las administraciones apuesten por “implantar un sistema de gestión ambiental que ayude a adaptar la actividad a las necesidades legislativas que van desarrollándose en materia de medio ambiente y política energética, apostando por el desarrollo sostenible y la economía circular”.

Además, sugirió una serie de recomendaciones para que los usuarios contribuyan a paliar este problema. Entre ellas, evitar dejar residuos de cualquier tipo en la playa, apostar por productos biodegradables o leer la composición de las cremas solares, ya que muchas de ellas contienen sustancias tóxicas para la vida marina.